El papa Francisco pidió este domingo ante una plaza vacía en la basílica de San Pedro, en El Vaticano, valentía para enfrentar la pandemia de coronavirus, que ya se cobró la vida de 65 mil personas en el mundo, aunque una luz de esperanza surge en España.
El llamado del sumo pontífice en la misa de Domingo de Ramos llegó luego de que el presidente Donald Trump pidiera a los estadounidenses prepararse para una semana “horrible” y antes de un inusual discurso de la reina Isabel II que pedirá este domingo a los británicos asumir unidos el “desafío” de la pandemia.
“Mirad a los verdaderos héroes que salen a la luz en estos días. No son los que tienen fama, dinero y éxito, sino son los que se dan a sí mismos para servir a los demás. Sentíos llamados a jugaros la vida. No tengáis miedo de gastarla por Dios y por los demás: ¡La ganaréis!”, dijo el papa en una basílica vacía, salvo por un puñado de religiosos y religiosas, sentados cada uno en un banco.
Los implacables número de la enfermedad COVID-19 no dejan de aumentar: hasta este domingo había más de 1,2 millones de contagios en 190 países y 65.272 muertos desde que el virus apareció en China en diciembre, según el último conteo de AFP.
La pandemia también avanza en América Latina, que registraba este domingo casi 30.400 casos confirmados y 1.052 muertos.
Brasil registra un tercio de los casos, con 10.278 enfermos, y tiene también el mayor número de muertos, 432.
Se avecina la “fase más aguda” de la pandemia, reconoció un informe del Ministerio de Salud de Brasil, cuyo presidente Jair Bolsonaro ha minimizado la enfermedad y ha rechazado las medidas de confinamiento y distanciamiento social.
Chile (4.161 contagios y 27 muertos) se encuentra en segundo lugar. Pero en América Latina la enfermedad tuvo escenas de horror en Ecuador (3.465 casos y casi 180 muertos), donde unos 150 cadáveres yacían en viviendas y calles de la ciudad de Guayaquil, en medio del caos por el colapso de los servicios funerarios.
En América Latina, al igual que en África, hay países con sistemas sanitarios frágiles o muy deteriorados, y gran parte de sus poblaciones viven del sector informal, lo que hace muy difícil aplicar las medidas de confinamiento.
Fuente: Heraldo de México