“¿Para quién toca el organillero?”, se pregunta Dalila Escobar al compartir el momento en que un organillero toca en medio de un Zócalo vacío, justo al lado del Templo Mayor y la Catedral Metropolitana en la Ciudad de México.

Según el video difundido en redes, el músico callejero viste su clásico uniforme color café mientras da vueltas a su instrumento, ícono de una época y del ambiente en calles del Centro Histórico.

Las notas que salen del órgano evocan un sonido melancólico que se acentúa con el espacio vacío que rodea al hombre mientras toca, o como bien describe @dalilesa en Twitter: “sentí infinita nostalgia, nunca vi tan solo el corazón del país…pero esta vez sí es necesario”, en referencia a la epidemia de coronavirus que atraviesa México y las restricciones para mitigar la propagación del virus.

Con más de cien años amenizando a México, los organilleros se han convertido en parte de la cultura popular y aún hoy se resisten a dejar morir la tradición que han convertido en un oficio y un servicio a los turistas nacionales y extranjeros. Al igual que la de muchos otros empleos informales, su situación económica se ha visto mermada por la epidemia de coronavirus, que hasta esta noche había cobrado 194 muertes y más de tres mil contagiados.

Apenas el pasado 31 de marzo, cerca de 150 organilleros marcharon desde el Palacio de Bellas Artes hasta el Zócalo capitalino para exigir que sus demandas sean escuchadas, como obtener un apoyo que les permita sobrellevar la situación económica provocada por la contingencia sanitaria.

En tanto, otra usuaria expresó que la escena del organillero solitario, aparentemente un hombre de la tercera edad, la “hizo sentir tantas emociones”.

Fuente: La Razón