Coronavirus Estados Unidos

El desempleo en EU tiene una víctima colateral: miles de familias mexicanas

Publicado por
Aletia Molina

La semana pasada, Jorge Alfredo Gómez recibió una mala noticia: su hijo Anselmo, quien hace más de 12 años emigró a Estados Unidos, se había quedado sin trabajo. Su empleador, un proveedor de servicios de logística para la industria de la construcción le avisó hace unos días que, debido a la baja actividad derivada de la cuarentena por coronavirus, la empresa debía recortar personal y él estaba en ese ajuste.

Jorge Alfredo lamentó el anuncio por partida doble.

“Sentí muy feo por él, aunque tiene una pareja, ella no trabaja, y ahora se quedó sin su trabajo que son sus únicos ingresos”, dijo en una llamada telefónica. “Me preocupa mucho también qué voy a hacer yo, el dinero que me manda nos ayuda a completar el gasto a su mamá y a mí, a mantener nuestro negocio”.

La pandemia de coronavirus ha provocado el desplome del sistema financiero a nivel global y una recesión económica que amenaza con ser peor que la de 2008-2009. Los datos en Estados Unidos ya arrojan la dimensión de la debacle: en solo dos semanas se han evaporado más de 10 millones de plazas en ese país y la tasa de desempleo, estimada en un 13 por ciento, sería la más elevada desde la Gran Depresión de 1929.

Entre los principales afectados por los despidos están los trabajadores eventuales y de sectores como la construcción y servicios, de acuerdo con el Departamento de Trabajo de EU. En ambos, la presencia de migrantes mexicanos es amplia.

“El desempleo en Estados Unidos es un riesgo importante para la economía mexicana también”, señaló José Luis de la Cruz, director del Instituto para la Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC). “Las remesas han sido pilar importante de la economía de municipios y estados enteros del país y ahora anticipamos una caída de hasta 20 por ciento en esos recursos este año, es una cifra devastadora para muchos”.

De acuerdo con datos del Banco de México, en 2019 el país recibió poco más de 36 mil 45 millones de dólares en remesas, por lo que, si los datos del IDIC resultan ciertos, habría unos 7 mil 209 millones de dólares menos en la economía mexicana.

“Es un golpe directo al consumo de miles de familias, con su subsecuente repercusión en las ventas locales”, añadió de la Cruz. “También es un golpe a los miles de negocios que dependen de esos recursos como capital”.

Tal es el caso de José Alfredo Gómez, quien recibía unos mil 400 dólares al mes de su hijo para apoyar una ferretería que abrió hace una década en su natal Uruapan, un municipio michoacano que en 2019 recibió 189.5 millones de dólares en remesas, monto mayor al obtenido por todo Quintana Roo, Campeche o Baja California Sur.

Gómez confiesa que tiene algunos ahorros para poder subsistir el mes y medio que calcula mantendrá cerrada su ferretería, pero más allá es una incógnita.

“Al menos yo guardé algo”, asegura con un tono orgulloso. “Pero hay gente aquí que nomás vive de ese dinero, ¿con ellos qué pasa?”.

El año pasado, Michoacán lideró nuevamente como el estado con más remesas recibidas, con 3 mil 584 millones de dólares, según Banxico. Le siguen Jalisco y Guanajuato, también con más de 3 mil millones. Estado de México, Oaxaca, Puebla, Guerrero y la propia Ciudad de México están entre las entidades que más remesas recibieron el año pasado.

Todos ellos también coinciden en un rubro menos halagador: sus economías están entre las que menos crecieron en todo el país hasta el tercer trimestre del año pasado, por lo que una caída en las remesas profundizaría su debilidad económica.

“Estamos viendo algo de una magnitud muy fuerte y por ello creemos que los mexicanos se verán afectados por esta situación y vemos una caída de entre 17 y 20 por ciento de las remesas”, aseguró Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México, en una entrevista televisiva con El Financiero Bloomberg. “Y hay que recordar que muchos compatriotas en Estados Unidos son ilegales y por eso no recibirán ayuda del gobierno de ese país por esa situación de indocumentados”.

El hermano de Yadhira Navarrete, una contadora habitante de Naucalpan, Estado de México, y que desde hace dos semanas trabaja desde casa, está en esa situación.

“Se fue hace ya como tres años con unos amigos a Carolina del Norte y me mandaba un poco de dinero cuando podía para ayudar a mis hijos, sus sobrinos”, relató vía correo electrónico. “Ahora soy yo la que estoy viendo la manera de apoyarlo, porque está encerrado y sin trabajo, peor que cuando se fue”.

La semana pasada, según datos del Departamento de Trabajo de EU, Carolina del Norte fue uno de los estados que más recibió solicitudes de apoyo por desempleo en la semana que terminó el 21 de marzo, con un cambio 90 mil 550 peticiones más respecto de la semana previa. El hermano de Yadhira no fue uno de ellos por su situación legal.

“Lo he escuchado tranquilo”, escribe Yadhira. “Pero yo sé que por dentro la pasa muy mal”.

Él y millones de mexicanos en EU y sus familias que reciben dinero desde allá.

Fuente: El Financiero

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Aletia Molina