La respuesta depende en gran medida de la incertidumbre existente sobre el nuevo coronavirus, que no se sabe si se puede contraer más de una vez ni qué tan rápido los científicos del mundo podrían producir una vacuna, de acuerdo cos especialistas consultados por Bloomberg.
El costo y los beneficios de un cierre prolongado y lo que los diferentes países pueden permitirse, tanto desde el punto de vista económico como político, también son factores.
¿CUÁNDO TERMINARÁ?
Existe un consenso de que la pandemia solo terminará con el establecimiento de la llamada inmunidad colectiva. Eso ocurre cuando suficientes personas en una comunidad están protegidas de un patógeno que no puede tomar a un huésped y desaparece.
Hay dos caminos para ese resultado: Uno es la inmunización. Los investigadores tendrían que desarrollar una vacuna que sea segura y efectiva contra el coronavirus, y las autoridades sanitarias tendrían que llevarla a un número suficiente de personas.
El segundo camino hacia la inmunidad colectiva es más sombrío: también puede ocurrir después de que una gran parte de una comunidad haya sido infectada con el patógeno y desarrolle resistencia a él de esa manera.
¿QUÉ HACER?
Para muchos países, la estrategia es bloquear el movimiento para reducir drásticamente la propagación: cerrar negocios y escuelas, prohibir las reuniones y mantener a las personas en casa.
La idea es evitar un gran estallido de infecciones que abrume al sistema médico, causando muertes excesivas a medida que se raciona la atención. «Aplanar la curva» escalona los casos durante un periodo de tiempo más largo y le da tiempo a las autoridades y a los proveedores de servicios de salud para movilizarse, para desarrollar la capacidad de pruebas, para rastrear los contactos de las personas infectadas y para tratar a los enfermos al expandirse instalaciones hospitalarias, incluidos ventiladores y unidades de cuidados intensivos.
¿CUÁNDO REGRESARÁ LA VIDA NORMAL?
La población no debería esperar que la vida vuelva a la normalidad rápidamente.
Levantar las restricciones demasiado pronto tiene el riesgo de invitar a un nuevo pico. Las autoridades en China comenzaron a reabrir la ciudad de Wuhan, donde comenzó la pandemia, dos meses después de su cierre del mundo, cuando la transmisión prácticamente se detuvo, pero las medidas de China fueron más estrictas que en cualquier otro lugar hasta ahora, y al menos un condado ha vuelto a un bloqueo.
La subdirectora médica de Inglaterra, Jenny Harries, dijo que las medidas de cierre deben durar dos, tres o, idealmente, hasta seis meses.
A su vez, Annelies Wilder-Smith, profesora de enfermedades infecciosas emergentes en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, recomienda que se mantengan las restricciones hasta que los casos diarios disminuyan de manera constante durante al menos dos semanas.
Una hoja de ruta escrita por un grupo de especialistas en salud de Estados Unidos, incluido el excomisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), Scott Gottlieb, exige una etapa intermedia en la que las escuelas y las empresas se reabrirían, pero las reuniones aún serían limitadas. Se seguiría alentando a las personas a mantenerse alejadas entre sí, y se recomendaría a las personas de alto riesgo que limiten su tiempo en público. Si los casos comienzan a aumentar nuevamente, las restricciones se endurecerán.
LA IMPORTANCIA DE LA GEOGRAFÍA
Países como China pueden imponer controles más estrictos sobre el movimiento y medios de vigilancia, por ejemplo, los controles de fiebre de casa en casa, o rastreo y aplicación de cuarentenas, y son menos vulnerables a la presión de las empresas y la opinión popular. Eso les da poderosas herramientas para mantener el virus bajo control, siempre que estén atentos a los casos importados.
Esa es una propuesta más difícil para otras naciones. Los países más pobres pueden afrontar con menos facilidad las pérdidas económicas causadas por restricciones prolongadas y, a menudo, no cuentan con la infraestructura sanitaria para una vigilancia exhaustiva.
¿Y LA VACUNA?
Docenas de empresas y universidades de todo el mundo están trabajando en ello, pero no hay garantía de que prevalezca.
El desarrollo de vacunas normalmente es un proceso largo y complejo que incluye años de pruebas para garantizar que estas sean seguras y efectivas. En la lucha contra el coronavirus, algunos de los científicos aspiran a administrar una vacuna en un rango de tiempo que va de los 12 a los 18 meses, un objetivo extraordinariamente ambicioso.
Además de utilizar enfoques probados y verdaderos, los científicos confían en nuevas tecnologías, como las que agregan material genético viral a las células humanas, lo que las induce a producir proteínas que estimulan una respuesta inmune.
LA SUERTE
Podríamos tener suerte, y el virus podría desvanecerse con el comienzo del verano en el hemisferio norte, donde se encuentran la mayoría de los casos, al igual que los brotes de influenza disminuyen con los cambios estacionales. Pero aún se desconoce si el clima más cálido jugará un papel. Incluso si el brote disminuye, podría regresar en el otoño. Algunos depositan sus esperanzas en una terapia ultra eficaz o una cura.
Fuente: Nación 321