La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha anunciado este lunes que comprará activos ilimitadamente y durante el tiempo que sea necesario hasta que se estabilicen los mercados financieros y se asegure la correcta transmisión de la política monetaria. La autoridad monetaria ha afirmado en un comunicado estar “comprometida” a usar todas las herramientas a su disposición para apoyar a hogares y negocios, y, en general, sobre toda la economía tras el daño severo causado por el coronavirus. El mensaje decepcionó una vez más a Wall Street. El Dow Jones y el S&P caían en la apertura en torno a un 3% y el Nasdaq -1,5%. El pasado viernes su peor semana desde octubre de 2008 y acumular pérdidas que borran todo lo ganado desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca.
Antes del anuncio del banco central, los futuros dejaban ver que la tendencia sería a la baja después de que senadores republicanos y demócratas no llegasen a un acuerdo el fin de semana para la implementación del plan de estímulo más cuantioso de la historia moderna presentado por la Casa Blanca. Aunque el golpe en la mesa del banco central no consiguió detener el sangramiento, sí redujo las pérdidas.
Ahora los mercados tienen los ojos puestos en Washington. El Senado espera sacar adelante este lunes el paquete de estímulos de más de un billón de dólares para proteger a empresas y ciudadanos de las consecuencias económicas del brote. La última propuesta republicana eleva a 1,8 billones el dinero público que se movilizará. Las diferencias sobre los detalles de las ayudas es lo que tiene atascado el plan, que requiere de una amplia mayoría en el Senado, controlado por los republicanos, para su aprobación.
Solo esta semana, la Reserva Federal comprará bonos del Tesoro (deuda pública federal) por valor de hasta 75.000 millones de dólares (69.500 millones de euros) al día, a los que habrá que sumar otros 50.000 millones en titulizaciones hipotecarias —paquetes de hipotecas—. En total, entre las nuevas medidas y las ya anunciadas, entre el lunes y el viernes la Fed saldrá al mercado con la chequera llena: con hasta 625.000 millones de dólares. El objetivo de esas adquisiciones es reducir la deuda en circulación, rebajando los intereses, y enviar una señal de inequívoco compromiso con la estabilidad financiera en tiempos difíciles. Con el plan de estímulos fiscales mucho menos claro, el banco central estadounidense vuelve a tomar las riendas evitando un descalabro mayor.
En la última reunión de política monetaria, el domingo pasado, la Fed ya había dejado en cero los tipos de interés y aprobó la compra de 700.000 millones de dólares (650.000 millones de euros) en deuda de diversa clase. Poco más de una semana después va notablemente más allá, convirtiendo ese monto en ilimitado y mandando a los inversores un mensaje nítido sobre sus planes: hacer todo lo que esté en su mano —y eso es mucho— para que las aguas vuelvan a la calma en pleno zarpazo de la pandemia sobre EE UU y sobre la economía mundial en su conjunto. “Deben realizarse esfuerzos agresivos tanto en el sector público como el privado para limitar las pérdidas de empleo y de ingresos así como para promover una rápida recuperación una vez que disminuyan las perturbaciones”, agrega el organismo en tono duro.
Además, el instituto emisor reitera en su anuncio —emitido nuevamente de forma extraordinaria: no había ninguna reunión calendarizada este lunes— su preocupación por las “perturbaciones severas” en la economía por el coronavirus y anuncia otros 300.000 millones de dólares para “apoyar el flujo de crédito a empleadores, consumidores y empresas”. El organismo también deja caer que divulgará pronto un programa para dar créditos directos a las pequeñas y medianas empresas que se están llevando la peor parte por el hundimiento del consumo durante el confinamiento. Se trata de que lleguen con vida al momento en el que se levanten todas las restricciones de movimiento de personas y la economía pueda volver a operar con normalidad.
Estados Unidos registra más de 340 muertos y cerca de 27.000 contagiados por la Covid-19, según los datos publicados este domingo por el centro de investigación del coronavirus de la Johns Hopkins. Más de 100 millones de ciudadanos tienen la orden de quedarse en casa para frenar la propagación del brote.
Fuente: El País