El gobierno de Estados Unidos se negó a la liberación ni que sea temporal de Genaro García Luna, haciendo caso omiso a la petición de la defensa que temía por la vida del ex secretario de Seguridad Pública mexicano por la pandemia de coronavirus que azota el mundo y Nueva York en particular.
Para la fiscalía, ninguna de las propuestas del abogado de García Luna tiene sustento suficiente y, dado el “inaceptable riesgo de fuga” que supone, liberarlo no debería ser una opción, como tampoco existe condición o conjunto de condiciones que le haría cambiar de opinión.
Por una parte, el gobierno estadounidense niega rotundamente que García Luna esté dentro del grupo de “alto riesgo de muerte” por coronavirus, como defendió su abogado César de Castro, quien se encarga de representarlo todavía de oficio.
“Tiene 51 años y no tiene un problema médico crónico”, resolvió la fiscalía, argumentando que una carta de un doctor que le trató hace cinco años por un problema respiratorio causado por “la exposición a aire acondicionado […] no constituye una condición médica crónica”.
La cárcel en la que el exfuncionario mexicano está recluido, el Metropolitan Detention Center de Brooklyn, tuvo un caso de coronavirus que ya fue puesto en cuarentena. A pesar de las quejas del abogado de García Luna sobre las condiciones antihigiénicas de la cárcel, que podrían convertir el centro en un foco de infección, el gobierno aseguró que nada de eso es cierto y que García Luna está “en una celda con acceso a agua caliente y jabón”.
Lo que más preocupa al gobierno de Estados Unidos es, sin lugar a duda, el alto riesgo de fuga que ven en el ex zar antidroga bajo el mandato de Felipe Calderón. “Supone un riesgo de fuga inaceptable y tiene un fuerte incentivo de huir de Estados Unidos”, básicamente porque los cargos de narcotráfico a los que se enfrenta podrían significarle una condena, según directrices de sentencia del sistema penal estadounidense, a cadena perpetua de forma automática.
García Luna está acusado de tres delitos por narcotráfico en colusión con el cártel de Sinaloa. La fiscalía estadounidense informó que su caso sigue “creciendo” en evidencias, con “numerosos testigos cooperantes, incluyendo varios ex altos rangos del cártel de Sinaloa”, que testificarían de los millones de dólares en sobornos “a cambio de protección para sus actividades narcotraficantes”.
Fuente: El Universal