La pandemia de coronavirus se ha cobrado más de 560 vidas en Francia, cuyas autoridades y personal médico se preparan para seguir haciendo frente a la ola de contagios, barajando la posibilidad de prolongar el confinamiento de la población.
Las cifras son claras: de viernes a sábado el número de muertos aumentó 20%, alcanzando los 562. Un balance que, sin embargo, solo tiene en cuenta a los pacientes fallecidos en el hospital, y no a los que lo hicieron en las residencias para personas mayores dependientes o en sus casas.
Ya hay 6 mil 172 personas hospitalizadas, mil 525 de las cuales, de gravedad, en unidades de reanimación.
Esto es una guerra, y va a durar», declaró el presidente francés, Emmanuel Macron, citado en el periódico Journal du Dimanche.
Las prioridades, según el jefe del Estado, serán «proteger a los más débiles […] y nuestro sistema de salud», gestionar el «estrés» de la sociedad y prepararse para «hacer frente a una crisis financiera sin precedentes, una crisis de la economía real».
El domingo, el ministro de Salud, Olivier Véran, anunció el primer deceso de un médico infectado por el coronavirus.
La población lleva seis días confinada, y las autoridades preparan el terreno para prolongar la medida, de momento decretada hasta finales de marzo.
Italia, el país más castigado del mundo, prolongó y endureció las medidas de confinamiento. También prolongó el confinamiento España, país que decretó el estado de alarma, por 15 días más. En China, donde apareció la epidemia, el de la provincia de Wuhan -epicentro- duró unos 60 días.
Las autoridades consultaron con el consejo científico creado para el Covid-19 sobre la idoneidad de extender el confinamiento o reforzar las medidas, y se espera que la respuesta de los expertos llegue el lunes. Todo hace pensar a que Francia seguirá los pasos de Italia y España.
Si el confinamiento a largo plazo, durante cuatro semanas, permite ser más eficaces, lo haremos», advirtió el ministro de Salud.
Si de lo que se trata es de reforzarlo en algunos lugares, lo haremos», añadió.
Y puesto que no todo el mundo parece respetar las reglas del confinamiento, el Parlamento decidió endurecer, el sábado por la noche, las sanciones en caso de violación de las normas.
Los 135 euros de multa pasarán a mil 500 en caso de reincidencia «durante los 15 días siguientes», mientras que si se incumplen las normas cuatro veces durante 30 días, la sanción podrá ser de 3 mil 700 euros y seis meses de prisión.
Por otro lado, ante la escasez de mascarillas, el gobierno anunció el sábado que había encargado más de 250 millones de unidades, que serán repartidas, en primer lugar, entre el personal de salud y quienes trabajen con ancianos.
Según el ministro de Salud, se necesitan unos «24 millones de mascarillas semanales».
De momento, los tests de diagnóstico del Covid-19 se limitan a ciertas categorías de la población (personas vulnerables, ancianos, embarazadas…), pero Véran explicó el domingo que las autoridades se están preparando para «poder hacer más tests cuando […] se haya suspendido el confinamiento».
El aumento de casos comportó la saturación de algunos hospitales, como ocurrió en Alsacia (este), donde el ejército evacuó a una docena de pacientes hacia otras regiones e instaló un hospital de campaña, que debería estar operativo a principios de semana. Algunos pacientes también fueron evacuados a Alemania y Suiza, fronterizas con la región.
En el plano económico, el Parlamento debía debatir este domingo un proyecto de ley de urgencia para autorizar al gobierno a decretar medidas de apoyo a las empresas. De momento, el ejecutivo anunció un nuevo aplazamiento del pago de las cotizaciones sociales a principios de abril.
Fuente: Excélsior