En los últimos días comenzaron a circular noticias y comentarios sobre nuevas drogas para el tratamiento del COVID-19. En muchos casos pareciera que esta novedad ha generado confusiones y desesperanzas, especialmente entre quienes se preguntan si Argentina podrá acceder a estas drogas o si estaremos en desventaja frente a los países con economías más fuertes.
Sin embargo, es muy bueno saber que la información científica hasta este momento abre una luz de esperanza. Hace muy pocos días la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el estudio de investigación SOLIDARIDAD, que se realizará simultáneamente en 10 países para documentar la eficacia y seguridad de cuatro drogas para el tratamiento de la infección por COVID-19 en pacientes graves y hospitalizados que lo necesiten de forma imprescindible.
Esta iniciativa mundial es única y sin precedentes en la historia de la medicina: el estudio de tratamientos en miles de pacientes graves, de forma simultánea, en centros hospitalarios de varios países y en circunstancias de gran presión sanitaria en plena pandemia. Todo este esfuerzo científico determinará si algunas de las drogas utilizadas serán efectivas para salvar a los pacientes más graves, reducir el tiempo de internación, liberar camas críticas, y disminuir a su vez el riesgo de contagio de los trabajadores de la salud, que sin ninguna duda son los héroes de esta batalla.
Las cuatro líneas terapéuticas seleccionadas por la OMS son las que han arrojado resultados favorables hasta el momento, si bien los datos obtenidos provienen de estudios con bajo número de pacientes: 1) cloroquina e hidroxicloroquina (utilizadas en el tratamiento de malaria y lupus); 2) remdesivir (antiviral); 3) lopinavir en combinación con ritonavir (antirretrovirales usados en el tratamiento de las personas que viven con VIH) y 4) esta última combinación más interferón beta, una droga que modula el sistema inmunitario.
La cloroquina es un medicamento que inicialmente mostró cierta actividad contra el COVID-19, aunque los datos son escasos. Científicos chinos inicialmente informaron sobre sus beneficios pero sus hallazgos hasta el momento no han sido publicados en revistas científicas. Un investigador francés ha informado sobre un estudio en algo menos de 30 pacientes en el que demuestra que con el uso de estas drogas se logró que un alto porcentaje de pacientes infectados dieran resultado negativo en los testeos para COVID-19 realizados a los seis días de tratamiento, en comparación con pacientes no tratados quienes, en el mismo período, continuaron positivos. Es relevante conocer que la hidroxicloroquina es un medicamento que potencialmente produce efectos adversos cardíacos como arritmias que pueden ser fatales, razón por la cual esta droga solo puede utilizarse bajo estrictos controles médicos.
El remdesevir es un antiviral que fue probado en pacientes con Ébola con resultados que no fueron alentadores. La droga cobró relevancia cuando se la utilizó en EE.UU. en el primer paciente con diagnóstico de COVID-19 y se observó mejoría. El mecanismo de acción de esta droga alentó a los científicos a incluirla en el estudio.
Ritonavir/lopinavir son drogas que se utilizan en combinación y con mucho éxito para el tratamiento de la infección por VIH. También se ha documentado su relativa utilidad para otros coronavirus como SARS y MERS. Además, China brindó algunos resultados favorables con estas drogas, razón por la cual se las incluyó en el estudio de la OMS. El agregado de interferón beta apunta a ayudar al sistema inmunitario.
La mejor noticia es que Argentina es uno de los países que participa del estudio SOLIDARIDAD. Es muy alentador, y demuestra especialmente el compromiso de las Sociedades Científicas que colaboran con el Estado, que han impulsado y alentado la decisión de intervenir en esta investigación mundial.
Seguramente en pocas semanas contaremos con resultados preliminares que permitirán conocer cuál es o cuáles son los medicamentos más eficaces y en qué circunstancias utilizarlos. Los argentinos que deban recibir estos tratamientos tendrán acceso a ellos, al igual que los enfermos de COVID-19 en otros países del mundo.
Mantengámonos alerta, cumplamos las indicaciones de aislamiento y sepamos que quienes tengan complicaciones por esta infección podrán ser asistidos con los mejores tratamientos que hasta el momento hayan documentado seguridad y eficacia.
Fuente: Infobae