Las autoridades planifican que el mítico estadio, con 45.000 butacas, pueda tener más de 200 camas para atender los casos menores de COVID-19. Se espera que esté listo en 10 días.
El estadio está cerca de varios importantes hospitales en la mayor metrópoli de Brasil, epicentro del virus.
Hasta el lunes, Brasil reportaba 1600 casos confirmados y 25 decesos.
Casi todos los estadios que fueron escenario de partidos en la Copa Mundial de 2014 han sido ofrecidos por los clubes de fútbol como hospitales de campaña y centro de tratamiento. Brasil cuenta con un sistema de sanidad pública, pero las autoridades federales y estatales temen que podría quedar desbordado a fin de abril.
Toda la actividad del fútbol profesional en Brasil ha quedado paralizada.
Tres partidos correspondientes al campeonato del estado de Roraima el pasado fin de semana no se pudieron jugar por orden de las autoridades deportivas locales justo antes que comenzaran en la región del norte que está cerca de la frontera con Venezuela.
El campeonato de Sao Paulo, que usa el Pacaembu, lleva suspendido más de una semana.
El lunes, dos días después de iniciar los trabajos para el hospital de campañas, cables cubrían el césped y las primeras estructuras metálicas habían sido erigidas en el estadio que se inauguró en 1940 y fue sede de partidos del Mundial de 1950.
Fuente: Excélsior