Joel y su piano hicieron un recorrido por toda su carrera colocando recuerdos y éxitos en la voz de las poco más de 54 mil personas que se dieron cita en el recinto y durante poco más de dos horas el público escuchó, observó y aplaudió cada uno de los más de 20 temas que el músico presentó.

Con una explosión de luces blancas que iluminaron el escenario y el piano al centro del mismo, Billy Joel apareció en el entarimado donde, con Big Shot, arrancó la presentación.

De los blancos, el diseño de iluminación pasó a los tonos morados y verdes que se mezclaron, mientras las pantallas laterales y central —que estaba partida en seis bloques— proyectaban diferentes gráficos que se movían a la velocidad de las teclas que Joel presionaba con Pressure.

Gracias, buenas noches México, perdón mi español, estudié español en la escuela, pero no lo hablo muy bien… pero lo intento”, lanzó Joel logrando los aplausos del público que recibió Entertainment, una canción que el neoyorquino escribió en 1975 sobre el mundo de la música.

Después de unos minutos, Joel comenzó a sentir los estragos de los 13 grados centígrados que se sentían la noche de ayer y decidió colocarse una gorra gris en su cabeza, mientras el escenario cambiaba de colores entre rojo y púrpura y Honesty hacía cantar a algunos conocedores de la discografía del pianista.

Uno, dos, tres cuatro”, dijo Joel –quien ya se había colocado unos guantes para el frío— mientras el público comenzó a aplaudir al ritmo de la batería que indicó que el tema que seguía era Don’t Ask Me Why para dar paso a The Stranger.

Si bien ahora la constante en los conciertos es ver celulares encendidos tratando de captar cualquier movimiento, el público dejó ver que era de otra generación, en el que los recuerdos de un show como éste, en su mayoría, se llevan en la mente; así que no había tantos teléfonos brillando… hasta que Joel decidió darle vida a Movin’ Out.

Voy a darles la opción de que escojan entre dos canciones. La primera es Just the Way You Are y la segunda es Vienna”, lanzó el músico logrando los gritos del público, sólo para tomar una decisión por su parte: “Voy a tocar las dos”.

Así, con Just The Way You Are, el público decidió que era momento de capturar el momento, y con celular en mano lo grabaron, mientras algunos recordaban que José José hizo un cóver en español y, por qué no, cantaban esa versión.

Después llegó el turno de Vienna. “Es que escucha esa canción” y “es una chingonería” se escuchó entre el público que seguía cada nota que salía del piano de Joel mientras daba voz al tema que escribió inspirado en el reencuentro que tuvo hace muchos años con su padre en la ciudad italiana, y que por esa razón es una de sus favoritas

Canciones como Zanzibar, Say Goodbye to Hollywood, New York State of Mind, Allentown, Extremes y Always a Woman fueron complementando el set de la noche y la historia personal de Joel que ha plasmado en sus canciones; los buenos y los malos momentos que lo forman como individuo.

Con 70 años y más de medio siglo en los escenarios, el músico originario de El Bronx, no podía dejar de lado en este recorrido plasmar las influencias del jazz y del blues neoyorquino que fueron parte fundamental de su formación profesional, por eso en canciones como My Life, The River of Dreams, Nessun Dorma y el tema que lo catapultó a los reflectores en 1973: Piano Man.

En este clásico, el Foro Sol volvió a iluminarse con las luces de los teléfonos celulares, mientras las cámaras enfocaron a un hombre llorando que fue proyectado en las pantallas.

Era tal la conexión entre la audiencia y el artista, que se quitó la música de la melodía para que sólo se escuchara el coro a capela “Sing us a song, you’re the piano man…”

Tras una breve salida del escenario y la emoción a flor de piel, Joel regresó para decirle adiós a sus fans mexicanos, no sin antes interpretar We Didn’t Start the Fire, Uptown Girl, It’s Still Rock n’ Roll to Me y You May Be Right sonaran por última vez en vivo en el Foro Sol.