China informó el sábado de dos mil 641 nuevos casos del virus, una caída importante de los números más altos en los últimos días desde que se implementó un método de diagnóstico más amplio.
El número total de casos confirmados en el país es de 66 mil 492, según la Comisión Nacional de Salud de China.
El COVID-19, una enfermedad derivada de una nueva forma de coronavirus, se ha extendido a más de 24 países desde diciembre, cuando aparecieron las primeras infecciones en el centro de China.
China ha implementado medidas sin precedentes en una campaña radical para contener el virus.
En el epicentro del brote en la provincia central de Hubei, las ciudades con una población combinada de más de 60 millones de personas han sido bloqueadas, con el transporte suspendido y prácticamente paralizadas todas las actividades públicas.
Las personas que regresan a Beijing ahora tendrán que aislarse, ya sea en su hogar o en un área concentrada para observación médica, de acuerdo con un aviso del grupo de trabajo de prevención y control de la capital china publicado por los medios estatales el viernes por la noche.
El aviso advierte que habrá consecuencias legales para aquellos que no cumplan con la cuarentena de 14 días, pero no dio detalles sobre cómo se aplicará el aislamiento.
Mientras a los retornados de Beijing se les ordenó previamente «autocuarentena» durante dos semanas, esa medida permitió salidas ocasionales y la implementación varió entre los vecindarios.
Las autoridades chinas advirtieron que COVID-19 puede extenderse aún más a medida que los migrantes regresen a sus trabajos en ciudades u otras provincias después de un feriado prolongado del Año Nuevo Lunar.