“Cada vez que vayan a publicar una foto, que vayan a escribir una línea, piensen, que lo piensen un poco, que sea una comunicación limpia, que no sea amarillista“, pidió Victoria Barrios López, tía de Ingrid Escamilla.
El contingente comenzó su avance a las 13:30 horas y caminó 3.2 kilómetros desde la estación Gustavo A. Madero del Metrobús, sobre Calzada de los Misterios, y aproximadamente a las 16:00 horas llegó hasta el número 258 de la calle Tamagno.
Ahí está ubicado localizado el edificio en el que Ingrid residía desde hace seis meses, según una vecina, el mismo en donde fue asesinada por su compañero sentimental.
Al paso de la marcha los empleados de los negocios bajaban las cortinas y hubo quien quitó su coche para evitar cualquier incidente.
Entre las consignas que gritaban estaban: “No, no, no es un hecho aislado, los feminicidios son crímenes de Estado”. “Que te dije que no, pendejo, mi cuerpo es mío, tengo autonomía”.
Para honrar la memoria de Ingrid, los vecinos de la calle Tamagno pegaron mensajes en los frentes de sus casas en papel morado.
Familiares de otras mujeres asesinadas tomaron la palabra para pedir que también las nombren. Exigieron alto a la impunidad y que las autoridades cumplan con su responsabilidad de esclarecer los asesinatos.
“Nunca más silencio”, gritaban las participantes que tomaron el acuerdo de no hacer pintas durante el trayecto. Asimismo acordaron que el edificio donde vivía Ingrid fuera respetado. El inmueble tiene un moño negro en la entrada y mensajes de solidaridad.
“Señor, señora, no sea indiferente, se matan a mujeres en la cara de la gente”, gritaban continuamente pidiendo la solidaridad de las personas que las veían pasar.
Después de tomar la palabra, cantar y gritar consignas, aplaudieron a las mujeres contra las que se ha cometido feminicidio.
Durante todo el trayecto fueron custodiadas por mujeres policías y miembros de Derechos Humanos, así como organizaciones de la sociedad civil que actuaron como observadores.