Dos nuevos estudios realizados por científicos chinos muestran que el nuevo coronavirus 2019-nCoV que surgió en la ciudad de Wuhan a finales de diciembre es similar al que causó numerosos casos de Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS) en 2003.
Se cree que el virus, que ha matado a 426 personas hasta ahora e infectado a más de 20 mil en 27 países, se ha transferido a los humanos desde un animal, pero identificar cuál ha sido un reto.
Las investigaciones, publicadas en Nature, analizaron el nuevo coronavirus, el 2019-nCoV, y descubrieron que comparte un 80 por ciento de su genoma con el coronavirus responsable del SARS. Ambos virus, además, se originaron en murciélagos, destacó la agencia Sputnik.
Para determinar el origen del nuevo coronavirus, los científicos examinaron los genomas de las muestras de coronavirus recolectadas de unos pacientes en la etapa temprana del brote.
En el primer estudio, llevado a cabo por expertos del Instituto de Virología de Wuhan, se analizaron las muestras de virus tomadas de siete personas que presentaron neumonía severa, en donde un 70 por ciento de las muestras eran casi idénticas entre sí y su secuencia genética era un 79.5 por ciento similar a la del SARS.
La investigación también encontró que el 2019-nCoV es casi idéntico a otros coronavirus encontrados en murciélagos chinos: el 96 por ciento de los códigos genéticos coinciden.
En tanto, la segunda investigación, realizada por la Universidad Fudan y el Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades, analizó las muestras de virus obtenidas de un paciente de 41 años, quien presentó síntomas de enfermedad respiratoria y fiebre.
En dicho caso se descubrió que el virus que le infectó era un 89 por ciento similar a un grupo de coronavirus llamados betacoronavirus, encontrados previamente en murciélagos chinos.
Las similitudes llevan a los científicos a creer que los tratamientos para el SARS también podrían funcionar para el coronavirus de Wuhan. Sin embargo, la teoría aún debe confirmarse; por ahora, es solamente una hipótesis.
Fuente: Heraldo de México