Medio Ambiente

El estado de salud de nuestros arrecifes: Rodrigo Navarro

Publicado por
José Cárdenas

Rodrigo Navarro

Tapamos con maderas la única ventana del cuarto por lo que estuvimos todo el tiempo a oscuras. No se sabía si era de noche o de día. Solo entraba un pequeño rayo de luz que casi no iluminaba nada. Ya se imaginan… no te alcanzas a ver ni la nariz.

Cuando no dormíamos, platicábamos. Trataba de aparentar que todo estaba bien. Para mí fue un infierno el agua comenzó a subir más de medio metro y como se revuelve con agua del caño, el olor es insoportable. No podíamos usar el baño así que lo hacíamos en un bote. Teníamos que bajarnos de nuestra mini isla de dos metros cuadrados hecha con nuestras camas sosteniendo la de mi madre y su esposo. Fue desesperante.

Parecía que el mar había entrado en nuestro patio. Ya estaba medio alto el nivel de agua, casi un metro, y con el viento, daba el mismo sonido que el mar. Las paredes de la casa vibraban cuando llegaban las ráfagas de viento. Como los marineros dicen: “La calma antes de la tempestad, y la tempestad antes de la calma” Todo esto tenía que terminar, no importaba cómo.

Estuvimos encerrados por 3 días. Salimos al fin, vimos la luz, pero la casa estaba hecha un asco, así que empezamos la limpieza. Mi perro se quedó en el patio durante el huracán, así que le dimos un analgésico, una inyección, comida y lo dormimos, y así estuvo todo el día dormido. La limpieza la dividimos: yo el patio y los demás la casa, sacando el agua a cubetadas. Yo, destapando el canalito por donde sale el agua del patio. Así hasta que escuchamos la llegada de dos helicópteros con ayuda de la marina. No estábamos solos ni aislados…

Entonces decidí ir con un amigo a andar en bici y ver cómo quedó la ciudad de San Miguel. Había postes tirados, cables rotos, y casi todo el centro y la costera se destruyó. También me visitó otro amigo, pero en moto, y a él sí le fue algo mal, porque una pared se le cayó encima de la casa. Ahora estoy en el DF y regreso hasta enero. Mi mamá y su esposo ahora ya tienen agua y luz en la casa, tras tres semanas sin servicios. Hago las tareas y las mando por fax para no atrasarme en la escuela.

Esta es la carta de Danny, niño de 10 años en donde cuenta sus experiencias durante el paso del huracán Wilma por Cozumel el 21 Octubre del 2005 con categoría 5. Un fenómeno de esta violencia causa estragos psicológicos en las personas. Fue extremadamente lento (tan solo 6 km/hr). Causó daños por dos mil millones de dólares en Cozumel, Cancún y la Rivera Maya. A nosotros Wilma nos enseñó a ser sustentables.


Las boyas de la NOAA frente a la estación de Puerto Morelos calcularon la fuerza de Wilma en el equivalente a 25 bombas atómicas semejantes a las de Hiroshima, unas 30 en Cozumel donde pegó antes. El arrecife aguantó olas de 18 metros. A tierra llegaba la resaca con 6 metros de altura que chocaba contra los edificios. El arrecife y los humedales absorbieron el 90% de la energía o la disiparon. Solo pasó el equivalente a 3 bombas de Hiroshima. Las aseguradoras pagaron daños por 4 mil millones de dólares en Cancún, Rivera Maya y Cozumel.

Perdimos con Wilma el 80% de cobertura del arrecife coralino. A partir de ahí comenzó una rápida recuperación del coral. No se había estudiado antes este fenómeno. Era sombrosa la capacidad de regeneración del ecosistema.

Hoy día, al parecer, ya no lo tendremos más. Hemos perdido el 40% de cobertura de los corales masivos que son los que absorben y disipan la mayor cantidad de energía. Las aguas negras y otras variables: Cambio Climático,CC; enfermedades por la mala calidad del agua; los químicos y los bronceadores; la deforestación. La acción del hombre: uso de recursos naturales y crecimiento desmedido de una industria turística y sus servicios que incluyen aumentos acelerados de población en nuestro estado, Quintana Roo.

A partir del año siguiente a Wilma, 2006 la organización Healthy Reefs for Healthy People comenzó a monitorear el estado de la barrera de coral más grande del hemisferio norte, el Sistema Arrecifal Mesoamericano, SAM que va de Cancún a Honduras. “La cobertura de coral es el principal indicador, declaro el investigador Lorenzo Álvarez en conferencia de prensa, en 40 años hemos perdido el 80% de cobertura en el SAM”.

La semana pasada ante una gran expectación debido al brote de una enfermedad bacteriana producida principalmente por la mala calidad del agua (malo o nulo tratamiento), las malas prácticas turísticas y los químicos (agroquímicos y bronceadores) la Organización presento su reporte bianual 2020. Por vez primera en 12 años de monitoreo el SAM representa un índice de salud en retroceso debido a estos factores: enfermedades; mala calidad del agua (aguas negras y servidas); deforestación en sus ecosistemas asociados (selva, duna y manglar) que produce exceso de nutrientes; por la sobrepesca (un grave problema en la región más no en Cozumel aunque hay pesca furtiva que debemos atender); exceso de visitantes con malas prácticas; químicos y agroquímicos. Todos hemos contribuido al estado actual del arrecife. Pero la gran amenaza para los arrecifes de Cozumel y Quintana Roo son las aguas negras.

Ayer en la magnífica reinauguración del Museo de la Isla me preguntaban: ¿Si fueras el presidente municipal y tuvieras que hacer tres acciones por Cozumel, qué harías? Contesté sin dudar, primero gestionar ante la federación y el gobierno del estado un urgente drenaje municipal. Sé que un drenaje no es rentable políticamente. Trae muchas molestias polvo, cierre de calles, enojos del comercio y Hoteles, es dinero que no se nota. Pero se podría vender como la acción más importante para conservar nuestro entorno natural y sobre todo nuestros arrecifes que dan este color azul turquesa a nuestras aguas y esta fina arena sobre las que se tienden los visitantes a tomar sol.

Segundo mejorar la seguridad que aunque la isla es muy segura, es un reclamo popular ante el aumento del robo en casa habitación y el robo de oportunidad (pick pockets). Tercero empezar a planear la disposición final de residuos porque las celdas del relleno sanitario se van a saturar pronto y tendremos un grave problema de un asunto que crece año con año y debería de disminuir. Falta mucha educación ambiental en nuestra isla.

Cozumel vende no su infraestructura turística como Cancún o la Rivera Maya, sino sus 5 áreas naturales protegidas: 2 federales y 3 estatales. Cozumel es parte del Sistema MAB (Man and Biosphere) de UNESCO. Vendemos naturaleza, la cual deberíamos cuidar como lo que es: oro molido, porque su capital natural sustenta la vida humana y de miles de especies animales y vegetales que admiran millones de turistas cada año. Aves,

corales, mapaches, delfines, peces, la selva, la duna costera y los humedales.

Los arrecifes ocupan tan solo el 0.1% de la superficie de los océanos pero albergan el 25% de la vida en ellos. En los últimos 18 meses el Síndrome Blanco, enfermedad bacteriana ha matado la misma cantidad de corales que la actividad humana en 40 años.

Nuestro estado, Quintana Roo recibió en 2019, siete punto ocho millones de visitantes de pernocta, que usaron servicios en los Hoteles. En Cozumel además recibimos el año pasado cinco millones de visitantes de crucero, más 1.2 millones de tripulantes, más 2 millones que cruzan en ferrie desde la Rivera Maya. Solamente un poco más de 600 mil turistas de pernocta. Son en total 8.8 millones de visitantes al año para los cuales la infraestructura de servicios de la isla, principalmente el drenaje es insuficiente, está siendo rebasada. Una isla de 48 Km de longitud y 100 mil habitantes donde el ingreso que deja el turismo se concentra en pocas manos. El turismo representa el % del PIB estatal y el 1.6 del PIB Nacional. Para variar se pone mayor atención al dinero que al soporte de vida.

El reporte anual de los arrecifes concluyó que empeora la salud del SAM. Sesenta especies diferentes de corales y más de 600 especies de peces, sostienen la economía, las pesquerías y a vida de más de dos millones de personas en la región y otros diez indirectamente. El 16% de los corales del sistema arrecifal está en un estado crítico, el 46% en mal estado, el 29% en estado regular y solamente el 1% representado por Belice y Cozumel se encuentra en buen estado.

En una colaboración anterior escribí que esperaba que los arrecifes en Cozumel aparecieran en un estado regular: esto se debe a que el rango de tiempo medido solo incluyó parte de la acción del Síndrome Blanco, antes de que fuera general en nuestra isla. Para 2022 sin duda estaremos en Cozumel como regular.

El reporte mide 4 indicadores: la cobertura (el más importante), los herbívoros que son los jardineros del arrecife y mantienen a raya a las algas. Las macro algas carnosas, que eran el principal problema en Cozumel antes del Síndrome Blanco y del que nos alertó en 2011 nuestro amigo y socio estratégico Jean Michel Cousteau, y los peces de importancia comercial.

Esto deberíamos tomarlo como el vaso medio lleno. Aprovechar el reporte no solamente para vender los servicios ambientales del arrecife sino para tomar medidas urgentes para mitigar la acción de todas las amenazas que se ciernen sobre nuestro tesoro natural: plantear una moratoria en la deforestación y construcción costera (no solo para Cozumel sino para todo el norte del estado), mejorar los sistemas de drenaje y tratamiento de aguas servidas.

Empujar definitivamente los cambios a la NOM 001 de SEMARNAT para inyectar aguas con tratamiento secundario al subsuelo que no considera los suelos kartzticos de la región y se quedó a punto de modificación en la administración federal anterior y se encuentra perdida en el escritorio de un funcionario en la CONAGUA en vez de regresar a la Comisión del Senado para su voto en el pleno. Restaurar los arrecifes, las poblaciones de peces herbívoros y de importancia comercial como meros y pargos.

Mejorar las prácticas ambientales de prestadores de servicios y visitantes. Hacer cumplir las reglas de visita al Parque Nacional Arrecifes de Cozumel y las otras cuatro ANP´s. Pero sobre todo asumir la parte que nos toca y cambiar nuestros hábitos de consumo. Hay señales de alarma por todas parte avisándonos que vamos rumbo al desastre ambiental y nosotros tan campantes.

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José Cárdenas