Dos nuevos cambios de paradigma han contribuido a estos avances. Por un lado los avances en la biología molecular han colaborado en la detección de mutaciones específicas que pueden dirigir nuevos agentes hacia blancos moleculares en la célula tumoral que permiten su neutralización.
Por otro lado, los nuevos tratamientos inmunoterápicos regulan al sistema inmune del individuo portador del tumor para que este recupere su capacidad de destruir las células tumorales.
Muchos tumores, en determinadas situaciones, se han beneficiado de estos tratamientos (melanoma, cáncer de pulmón, cáncer de vejiga, cáncer de riñón, tumores de cabeza y cuello, algunos subtipos de cáncer de mama, algunos subtipos de cáncer de colon, entre otros). Para dar un ejemplo, más de la mitad de los pacientes con melanoma metastásico están vivos cinco años después de haber iniciado el tratamiento. Algunos de estos tumores se ven beneficiados por la combinación de la inmunoterapia y quimioterapia. En muchos tumores la quimioterapia sola o combinada con radioterapia y/o cirugía continúa brindando un gran beneficio incluyendo muchas curaciones.
En definitiva, la aparición de nuevos tratamientos y un enfoque de la enfermedad desde la perspectiva que cada paciente es un ser humano único con necesidades físicas, psíquicas y sociales propias contribuyen y contribuirán al control de esta enfermedad.
Finalmente, y lo más importante, siempre hay algo por hacer: cuando no se puede curar, se puede paliar y, por sobre todas las cosas, siempre se puede acompañar haciendo especial hincapié en la calidad de vida del paciente y su familia.
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