Dick Pound, el miembro del Comité Olímpico Internacional que más años de servicio tiene, calculó que existe una ventana de dos meses para decidir la suerte de los Juegos Olímpicos de Tokio, amenazados por la vertiginosa propagación de un virus que surgió en China.
Pound no se expresó alarmista. Pero habló con franqueza sobre los riesgos que afrontan los Juegos, a inaugurarse el 24 de julio.
Pound ha formado parte del COI desde 1978, 13 años más que el actual presidente Thomas Bach.
“Tenemos como dos meses para tomar la decisión”, dijo Pound, dando a entender que se puede esperar hasta fines de mayo y confiar que el virus está bajo control. “Faltan muchas cosas en cuanto a seguridad, suministros de comida, la Villa Olímpica, los hoteles. El personal de los medios debe estar ahí para armar los estudios de televisión”.
Y si se llega a un punto que no es posible, Pound conjeturó que entonces “hay que considerar una cancelación”.
«Esta es una nueva guerra y hay que lucharla”, añadió. “Alrededor de esa fecha, diría que tendremos que preguntarnos: “¿Esto está bajo suficiente control para viajar con confianza a Tokio o no?”
El martes, China reportó 508 nueves y otros 71 fallecimientos, 68 en la ciudad central de Wuhan, donde la epidemia fue detectada por primera vez en diciembre. Las actualizaciones dejan los totales en China continental en 77.658 casos y 2.663 fallecimientos. Corea del Sur es el segundo país que ha registrado más casos con 977, incluyendo 10 decesos. También se han detectado focos en Medio Oriente y Europa. Esto podría señalar una nueva fase en la propagación del virus. Japón ha tenido cuatro fallecimientos.
Pound instó a los deportistas seguir entrenándose. Unos 11 mil acudirán a los Juegos y otros 4.400 para los Paraolímpicos, que arrancarán el 25 de agosto.
“Hasta donde sabemos, ustedes van a Tokio”, dijo el abogado canadiense. “Todas las indicaciones hasta ahora nos permiten pensar que todo se realizará con normalidad. Así que sigan concentrados en su deporte y le aseguro de que el COI no los mandará al centro de una situación de pandemia”.
Los Juegos Olímpicos, en su era moderna desde 1896, sólo han sido cancelados por guerras. También afrontaron boicots en Montreal 1976, en Moscú 1980 y Los Ángeles 1984, situaciones que Pound recuerda.
Pound dijo que la incertidumbre constituye un gran problema y reiteró la postura del COI: consultar con la Organización Mundial de la Salud antes de tomar cualquier decisión. Hasta ahora, los Juegos siguen en pie.
“Es una decisión muy importante que no se puede tomar hasta que tengas hechos sólidos para justificarla”, dijo Pound. Mencionó que “los consejos que estamos recibiendo no nos hacen pensar en el aplazamiento o cancelación de los Juegos”.
“No se puede posponer algo con la magnitud y dimensión de los Juegos Olímpicos. Son tantas cosas, tantos países, tantas temporadas de competencias y temporadas de televisión. No puedes salir a decir que lo haremos en octubre”, agregó.
Si se tuvieron que hacer cambios, Pound señaló que cada opción afronta obstáculos.
Pound ve poco probable trasladar las justas a otra ciudad.
Mover la sede es difícil porque son pocos los lugares en el mundo que podrán tener las instalaciones disponibles con tan poco tiempo de preparación”, dijo.
Pound subrayó que el mundo no estaría de acuerdo en dispersar las competencias por diversas partes.
“Eso no serían unos Juegos Olímpicos. Acabas con una serie de campeonatos mundiales”, afirmó. También destacó que sería difícil repartir todas las disciplinas en un periodo de 17 días con apenas unos meses de anticipación.
¿Y qué tal demorarlos un año, pero quedándose en Tokio? Japón, según cifras oficiales, ha invertido 12.600 millones de dólares en la organización de los Juegos, pero la contraloría general ha dicho que el país se ha gastado el doble.
“Habría que preguntarse si se puede mantener la burbuja durante un año extra”, dijo Pound. “Y entonces hay que tratar de encajar todo esto en el calendario deportivo mundial”.
Fuente: Excélsior