Las empresas que obtienen contratos en la actual administración que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador son analizadas por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), para evitar que se cometan ilegalidades como sucedió en gobiernos pasados.
El titular del Ejecutivo Federal expreso que la UIF, que encabeza Santiago Nieto Castillo, revisa que las compañías a las que se les otorga alguna licitación, no estén señaladas por malos manejos, incluso si son extranjeras.
“Ahora estamos revisando, en todos los casos se hacen las licitaciones y si ganan empresas, de todas maneras, Inteligencia Financiera (revisa); a ver, quiénes son, de dónde vienen, si se trata de empresas extranjeras, si están acusadas de malos manejos o no.
“Todavía después de entregarles los contratos estoy hablando con ellos para pedirles que se porten bien; no es leerles la cartilla, es decirles no se confundan, no es lo mismo”, declaró López Obrador durante su conferencia matutina.
El presidente aseguró que ahora ya no se pagan excesos, por ejemplo, como sucedía con la adquisición de medicinas en donde tres empresas controlaban la venta de medicamentos y materiales de curación y eso elevaba los costos, o se adquirían, dijo, “productos chatarra y caros”.
“El gobierno tiene que bajar el costo de su operación, nada de que el gobierno compra productos chatarra y caros, porque hay moche, porque hay soborno. Ya no hay 10 por ciento, bueno, ni siquiera era ya el 10 por ciento, se pasaban, era mucho más”.
“Esto también es importante decirlo. Ya no hay el moche, el 10 por ciento: ‘Te doy este contrato, pero te mochas’. A ver, que nos digan, el que venga aquí y diga: ‘Tuve que mocharme para tener la obra’, lo protegemos y le damos un premio, y siempre va a tener oportunidad de participar en licitaciones”, afirmó el mandatario.
López Obrador hizo un llamado para que las compañías no den “moches” y hacer frente a sobornos, pues dijo que todas las empresas que estén interesadas en obtener algún contrato, lo pueden hacer sin necesidad de entrar a un proceso de corrupción.
Fuente: Excélsior