El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, aseguró que su Gobierno retomó los ideales democráticos de Francisco I. Madero, pero con el añadido de un énfasis en el bienestar del pueblo, con lo que se pretende afianzar los cambios y resistir las reacciones de los grupos que califica como conservadores.
“El Gobierno actual ha retomado los ideales democráticos de Madero con el agregado de poner el mismo énfasis en el bienestar del pueblo, no sólo por convicción o humanismo, sino también para afianzar los cambios con el respaldo de la gente, evitar retrocesos y resistir ante cualquier reacción conservadora”, expresó, al encabezar la ceremonia por el 107 aniversario luctuoso del expresidente Francisco I Madero, y quien fuera su vicepresidente, José María Pino Suárez.
En Palacio Nacional, el mandatario federal recordó el asesinato de ambos personajes históricos, ocurrido la madrugada del 23 de febrero de 1913, a unos metros de la prisión de Lecumberri, en la que ambos serían encarcelados.
“Se había restaurado el porfiriato en su versión más repugnante, sin el llamado cuidado de las formas, pero con el mismo criterio del dictador, según el cual el poder sólo se alcanza y se conserva por la fuerza, una doctrina que harían suya y seguirían aplicando algunos presidentes posrevolucionarios”, aseguró.
En su discurso, el Presidente insistió que Madero no supo hacerse de una base democrática, lo que le hubiera permitido tener el respaldo de la ciudadanía; esto, aseguró, dejó una lección inolvidable para todos.
“No podemos soslayar la bella y al mismo tiempo dolorosa lección del maderismo. Recordemos: democracia, pero justicia social, también. Madero es mártir y héroe, mística y hombre de acción, maestro y, sobre todo, enseñanza. Estamos obligados al no olvidarlo jamás”, expresó.
Acompañado por su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; así como los secretarios de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y de Marina, Rafael Ojeda Durán, López Obrador señaló que por eso fue “todo un acontecimiento histórico” el triunfo de su movimiento en la elección presidencial del primero de julio del 2018.
“Quedó demostrado que el poder dimana del pueblo y sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás”, aseveró.
Al término de la ceremonia, el titular del Ejecutivo colocó una ofrenda floral y montó una guardia de honor a un lado de la imagen de Madero y Pino Suárez.
Asimismo, inauguró un memorial en la Sala de Intendencia del Palacio Nacional en la que ambos políticos permanecieron presos antes de ser asesinados, la cual fue rebautizada como la Intendencia de la Traición.
La nueva sala narra a través de objetos, documentos, fotografías y pinturas, la obra revolucionaria del llamado apóstol de la democracia, su lucha por las libertades y el golpe de Estado a su mandato.
Exhibe piezas que pertenecieron a Madero, documentos firmados por él, su banda presidencial, recortes de periódicos que informaron sobre el derrocamiento de Madero, así como una línea del tiempo con imágenes de la llamada Decena Trágica, de la cual el Presidente señaló que en realidad duró 15 y no 10 días.
Fuente: La Razón