La violencia contra las mujeres, la falta de respeto a la vida humana y la sinceridad en las relaciones de las personas fueron temas abordados este domingo por la iglesia Católica a través del obispo auxiliar de México, Salvador González Morales.

Desde la catedral metropolitana de la Ciudad de México y sin mencionar literalmente el nombre de Ingrid Escamilla -asesinada esta semana por su pareja de manera brutal-, el religioso comentó que frente a las agresiones contra las mujeres, da la impresión de que el Estado no hace mucho por mejorar las condiciones de los grupos vulnerables en la sociedad.

“Y la auténtica manifestación a un Estado que da la impresión de no hacer nada o hacer muy poco; de relativizar lo que tendría que estar en primer lugar en su esfuerzo:  trabajar por el respeto de la vida de las personas, especialmente las más vulnerables, dígase las mujeres, los niños, los niños dentro del vientre de sus madres, los enfermos, los migrantes», detalló el obispo.

En la homilía dominical, González Morales consideró que las enseñanzas de Jesucristo, llaman a la sociedad a ver al otro con respeto y no desde la superficialidad o conveniencia del para qué lo puedo utilizar.

“Un escándalo tremendo es lo que vivimos en nuestra ciudad con los abusos, la trata de personas y la esclavitud sexual; el acompañamiento a los jóvenes para ayudarles a descubrir la belleza de relacionarse con respeto y reverencia al otro, puede permitirles dar el paso al riesgo de vivir a plenitud el amor fiel, responsable y comprometido; todo esto no puede vivirse en un mundo de mentira», expuso el obispo quien a término de la misa fue aplaudido por la feligresía.

En medio de la sociedad «desesperada» en la que vivimos, el obispo recordó que es necesario dar valor a las palabras y ser coherentes con lo que se dice y se hace; además de defender siempre la verdad.

En su mensaje, el obispo hizo votos para que la sociedad mexicana camine hacia adelante.

Luego del mensaje del obispo auxiliar de México, en la oración universal se pidió por los gobernantes para que se alcance un sociedad pacífica y justa.

Las fuerzas armadas también fueron mencionadas en esta parte de la misa para que reconozcan en Jesús su modelo de servicio, dedicado, atento y respetuoso.

Finalmente, y de manera especial, el obispo oró porque la iglesia se allegue de sacerdotes y religiosos santos ante la orfandad que enfrenta.

Fuente: Excélsior