Rodrigo Navarro
Ya he platicado querido lector cómo mis padres nos hacían reflexionar a fin de año sobre nuestras acciones. Hacer un balance anual, qué habíamos hecho bien y qué habíamos hecho mal. Así que cada año en estos últimos 16 años que escribo para Comunicar para Conservar hago este ejercicio en mi quehacer periodístico.
A principio del año que termina amanecimos siendo el tramo mejor conservado de los arrecifes que conforman el Sistema Arrecifal Mesoamericano, SAM. Los indicadores colocaban a los 10 sitios estudiados dentro de los arrecifes cozumeleños como en buen estado y uno de ellos, Colombia en excelente estado, 40% de cobertura, 5 % de algas carnosas, 3.2 Kg. de biomasa de peces herbívoros por cada 100 mt. y 1.6 Kg. en peces comerciales (el efecto de la pesca furtiva prohibida dentro del parque Nacional Arrecifes de Cozumel. PNAC)
Para marzo escribí que estaba desconsolado por el efecto de una nueva enfermedad detectada dentro del parque apenas un mes antes en el arrecife Paraíso. El 40% de los corales masivos muertos por una nueva, extraña y letal enfermedad, ahora se sabe bacteriana, que avanza a velocidad vertiginosa usando el agua como vector. Para este diciembre el 40% de estos corales masivos están muertos en los 23 km lineales de superficie del parque Marino y 20% está enfermo y morirá en poco tiempo. Así que para el reporte 2020 de la organización Healthy Reefs esperamos tener una cobertura del 15% que nos coloca en estado regular de los arrecifes en el sistema. Terrible.
Hasta ese momento nuestro problema más grave era la proliferación de algas carnosas por mal manejo de aguas servidas y las malas prácticas del turismo masivo, turismo al que hemos llamado (in)sostenible. El plástico y la basura producida por la ciudad quienes son los verdaderos usuarios del arrecife y los recursos naturales en la isla. Los hemos llamado factores locales.
El resto de los arrecifes del sistema estaban amenazados por la llegada masiva de sargazo proveniente de África y el centro del Atlántico debido al calentamiento del océano, la deforestación
masiva y la agricultura en las inmediaciones del Congo, del Orinoco y el Amazonas los tres ríos más caudalosos del mundo. Estos dos hechos unidos, agricultura y deforestación, ponen toneladas de sustancias que son nutrientes para las algas. A Cozumel a veces nos llegan parte de estas algas pero sin constituir un verdadero problema como si lo es en la Riviera Maya. El sargazo crea zonas marrones con demasiados nutrientes y que evitan el paso de los rayos del sol, muy necesarios para la fotosíntesis del alga simbionte del coral que le da de comer.
Los plásticos en el océano son también un enorme problema. Ahora la atención está puesta no solamente en la presencia de estos polímeros sino de su fragmentación en microplásticos, además los aditivos que unen a estos son liberados en el mar al fragmentarse. Hemos tomado el océano como una cloaca.
A estos junto al calentamiento del mar y la acidificación del mismo los hemos llamado factores globales. La conjunción de factores globales y locales ha causado que estemos en una emergencia ante el deterioro ambiental global causado por el sistema económico de alto consumo que hemos adoptado.
Para terminarla de joder, el Caribe sufrió el fenómeno de blanqueamiento más severo que se tenga noticia en la región y afectó en esta magnitud por vez primera a los arrecifes de Cozumel, dañando los corales que se habían salvado del síndrome blanco. Del blanqueamiento producido por el calentamiento los corales pueden reponerse. Así sucedió este año, pero cada año es más severo y quién sabe cómo nos irá el próximo año. Si seguimos así en diez años seremos un arrecife algal. Nuestros nietos no habrán conocido los magníficos arrecifes que aún gozamos, usamos y disfrutamos.
Todo esto llevó al Consejo Consultivo del PNAC, en el que participamos, a sugerir el cierre por tres meses de la zona núcleo del parque: Palancar, Colombia. El Cielo y Punta Sur hasta Playa Box. El apoyo de la medida, tardía porque fue propuesta desde 2005, fue ampliamente refrendado por los tres niveles de gobierno, la Sociedad Civil Organizada, los prestadores de servicios, los hoteleros, las cámaras y los sindicatos.
Solo los prestadores de servicios irregulares (ilegales) se violentaron y atacaron las oficinas del parque y amenazaron a una valiente directora Brenda Hernández, a quien felicitamos y reconocemos su trabajo. De inmediato el Consejo expidió una protesta a la que en Ocean Futures Society la Fundación de Jean Michel Cousteau con la que colaboramos se unió a la protesta escribiendo una carta al presidente municipal Pedro Joaquín Delbois para pedirle respetuosamente se comprometiera para evitar que este tipo de hechos de violencia por ningún motivo vuelva a repetirse. También que se realicen acciones encaminadas a resolver el problema de las aguas servidas en la ciudad a los que en 2012 Jean Michel Cousteau había hecho referencia y que venían afectando nuestros arrecifes.
Pedro Joaquín deberá gestionar ente el gobernador del estado y el gobierno federal recursos para un nuevo sistema de drenaje para la ciudad porque el actual está ampliamente rebasado y frecuentemente las aguas negras rebosan en la ciudad y la zona turística de la costera Rafael Melgar causando un olor nauseabundo, problemas de salud y la derrama de aguas negras en el océano para empeorar aún más la calidad de agua en el mar.
Los indicadores de nitratos, fosfatos, amoniaco, etc. que se nos reportó en el Consejo del Parque son alarmantes. Si bien no son dañinos aún para la salud humana si lo son para los arrecifes y tenemos millones de turistas que nos visitan gracias a estos. Sin duda nuestras aguas residuales estan afectando nuestros arrecifes, es tarea de todos revertirlo. Hay en la ley la figura de la corresponsabilidad en el uso y disfrute de los recursos naturales. Son nuestra gallina de los huevos de oro y las estamos matando.
A nuestro gobierno federal, lo advertimos desde que estaban en campaña, no les interesa la conservación de los recursos naturales, nuestra biodiversidad, el capital natural del que todos vivimos. Redujeron aún más el presupuesto para la conservación, tratan de asfixiar a la CONABIO y la política energética se aleja de los acuerdos de Paris que firmamos para llegar a las metas de reducción de emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero para el 2030, advirtió este noviembre la ONU. El tren Maya, la Refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía van porque van, sin estudios ambientales adecuados. El gobierno federal debiera ser ejemplo de cumplimiento de la legislación para la conservación de nuestros recursos naturales.
Este año fueron asesinados 11 defensores del medio ambiente, cifra desgarradora e incomprensible. Ante estas tragedias el estado mexicano ha sido insensible, omiso y ausente. Como lo ha sido en la mayor parte de los dos mil ochocientos treinta y tres feminicidios. El tiburón martillo que habita en México, Centroamérica y Brasil está en peligro crítico de extinción en la lista de UICN.
Hay buenas noticias como la inclusión del tiburón Mako en la lista de especies protegidas, las medidas tomadas para la conservación en el PNAC, los trabajos regionales de la CONANP para el mejoramiento de la calidad del agua, los trabajos de mantenimiento de CAPA la operadora de agua y drenaje en nuestro estado.
El apoyo de OFSY al PNAC y a la plataforma Salvemos el Humendal en León Guanajuato que luchan por conservar un importante y simbólico humedal. La realización del taller de periodismo ambiental que junto a REMPA y EJN de Internews realizamos en Cozumel en Junio pasado.
Comenzamos el año con la mano de Jean Michel Cousteau estirada para ayudar al naciente gobierno federal en tareas de conservación y a pesar del contacto directo con la oficina de Marcelo Ebrard y de Martha Delgado (quien ha liderado la política internacional de CC) aún sigue estirada. Este año el balance ha sido negativo para la conservación y el año que viene no pinta mejor. Al parecer solo un milagro nos salvará.