“I got my whiskey, I got my wine. I got my woman and this time the lights are goin’ out”, cantaba Def Leppard en 1981 en el disco High N Dry. Sí, Def Leppard, verdaderos fanáticos de Led Zeppelin sabían que era sexy tomar whiskey, y esta idea fue exportada a Estados Unidos.
Si una banda influyó en el glam rock del país del Tío Sam, fue precisamente la de estos ingleses, cuando en 1983 invadieron el Top 10 con su pegajoso Pyromania. Así, por seguir sus pasos, las bandas de heavy metal y hard rock adoptaron a Jack Daniel’s como la bebida que les daba rudeza, orgullo y autenticidad. Y qué mejor si salías en la foto como Jimmy Page, empinándote la botella mítica.
Pantera lanzó una portada inspirada en la imagen de este whiskey, en el disco Official Live 101. Michael Anthony, exbajista de Van Halen y actual bajista en Chickenfoot, tiene un bajo con la forma de una botella.
Este elixir de dioses y rockeros tiene 151 años de historia, y sigue siendo la voz del estereotipo de working class hero. Ese hombre rudo, inquebrantable, fuera de la moda, en pocas palabras, un rockero correoso.
Por si fuera poco, hay una leyenda que narra las proezas sexuales de Mötley Crüe, quienes, para celebrar un concierto, bebían hasta el fondo y una vez terminado el líquido, la botella funcionaría como juguete sexual con sus groupies.
Para muestra, este video. Puedes empezarlo a ver en el minuto 5:45 y así descubrir el poder de una buena botella sobre el escenario.