Marino y Shula, dos leyendas vivientes

Publicado por
Aletia Molina

Dan Marino y Don Shula son dos leyendas vivientes de Miami, los deportistas más queridos en los 123 años de historia de la ciudad, y quizás ese amor sea porque ambos encarnan el espíritu emprendedor, inclaudicable y alegre de su gente.

Para muchos, Marino es el mejor pasador en los 100 años de la NFL y Shula es el entrenador más ganador de todos los tiempos.

Suele decirse que el otrora quarterback convirtió el libro de récords en su autobiografía. Bastará afirmar que las estadísticas y los datos sobre Marino ocupaban más de 22 páginas en la guía de medios de los Dolphins de Miami, el único club con el que el astro jugó toda su carrera profesional y que abarcó 17 temporadas.

El exvicepresidente de comunicaciones de los Dolphins, Harvey Greene, contó que en una oportunidad encargó a uno de sus colaboradores recopilar toda la información y estadísticas sobre los juegos y actuaciones de Marino.

«Encontramos muchos récords que luego fueron oficializados, pero no fue con el propósito de resolver una trivia», explicó Greene. «Es porque se trata de una producción realmente asombrosa».

Antes de enrolarse con los Dolphins, Marino jugó cuatro años con los Panthers de la Universidad de Pittsburgh y su mayor hazaña fue llevar a su equipo al triunfo -en el último minuto- en el Sugar Bowl, durante el cierre de la temporada de 1981, y así completar de forma magnífica sus primeros tres años en el football universitario.

En 1982, por el contrario, tuvo una actuación sin luces y por ello no ocupó un lugar muy alto en el Draft 1983 de la NFL.

Shula buscaba un quarterback, pero el nombre de Marino no estaba en sus apuntes. Los Dolphins venían de perder contra los Redskins de Washington en el Super Bowl y por lo tanto, en el draft les tocaba escoger en penúltimo lugar. Cuando todos sus preferidos fueron seleccionados, Shula no tuvo más remedio que escoger a Marino, el último quarterback que quedaba en primera ronda.

El entonces editor de deportes del The Miami Herald, Edwin Pope, criticó duramente la selección de Marino y lo acusó de que su mala campaña con Pittsburgh en 1982 fue producto de su egocentrismo y falta de dedicación.

En la campaña de 1983, Shula se mostraba inconforme con el rendimiento de su ofensiva y en el sexto partido le dio la alternativa a Marino, quien brilló, aunque los Dolphins perdieron 38-35 contra los Bills de Buffalo.

Desde entonces, Marino jamás soltaría el puesto de titular, con excepción en caso de lesiones. Ganó nueve de sus siguientes 10 encuentros y en los playoffs cayeron 27-20 contra los Seahawks de Seattle, en desafortunada actuación.

El estallido de Marino ocurre en la temporada siguiente. Se convirtió en el primer quarterback en superar en pases las 5,000 yardas (5,084) y alcanzar los 48 touchdowns.

Esos récords solo fueron superados 20 años después por Drew Brees y Peyton Manning, respectivamente. Gracias a esa formidable producción, llevó a su equipo al Super Bowl, la única vez que el QB llegó al juego cumbre de la NFL y la última de los Dolphins, hasta ahora.

Cuando se retiró al final de la campaña de 1999, Marino contaba con más de 40 récords de la NFL, nueve veces fue elegido al Pro Bowl (Juego de Estrellas); en 1984 fue designado el Jugador Más Valioso; en 1994 ganó el Premio al Regreso del Año, tras una rotura del tendón de Aquiles y en 1998 obtuvo el Premio Hombre del Año de la NFL.

Tras su retiro, fue inducido al Salón de la Fama del football universitario en el 2003 y del profesional en el 2005.

«No tengo la menor duda de que Marino es el más grande pasador en la historia del football», comentó entonces Pope. «He visto a todos, Unitas, Starr, Namath, Staubach, Bradshaw, Montana. Nadie tiene ese regalo de Dios. En los últimos años aprendió a amar este deporte, a apreciar lo divertido que es porque me parece que antes lo tomaba como si todo lo que tenía lo merecía».

Por su parte, Shula era la pieza que le faltaba a los Dolphins para meterse en el corazón de los surfloridanos.

Nacido en Ohio, jugó con los Browns de Cleveland, los entonces Colts de Baltimore y los Redskins. Como entrenador dirigió a los Colts y los llevó al recordado Super Bowl en Miami, cuando Joe Namath garantizó que los Jets de Nueva York ganarían a los favoritos Colts de Shula y así ocurrió.

Desde 1970 dirigió a los Dolphins hasta 1995. Es el entrenador que más partidos ha ganado en la NFL con 347. Llegó a seis Super Bowls y conquistó dos. Uno de ellos es legendario, el primero con Miami, pues fue la inolvidable temporada perfecta de 1972, que hasta ahora no ha podido ser repetida por ningún equipo.

Fuente: https://www.diariolasamericas.com/

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Aletia Molina