El expresidente de Renault-Nissan, Carlos Ghosn, defendió su inocencia en una rueda de prensa en Beirut, la primera comparecencia pública tras su fuga de Japón al Líbano, a donde llegó a finales de diciembre en un avión privado procedente de Turquía.
«No he huido de la justicia, sino de la injusticia y de la persecución política» en Japón, aseguró Ghosn, que fue detenido en noviembre de 2018 cuando salía de su jet privado en Tokio y estaba en libertad bajo fianza desde el 25 de abril pasado, con sus comunicaciones y movimientos restringidos, así como la prohibición de salir del país asiático, a la espera de un juicio (cuya fecha todavía no había sido fijada).
Además, negó las acusaciones de malversación financiera. «Los cargos contra mí no tienen ninguna base», declaró, agregando que el sistema judicial le consideraba «presunto culpable».
El exdirectivo, de 65 años, dijo que hoy puede hablar «libremente» por primera vez y agradeció a las autoridades de Líbano «no haber perdido la fe» en él (su país de origen). También tiene la nacionalidad francesa y brasileña.