El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que impondrá sanciones si se expulsa a sus tropas en venganza por el ataque aéreo que mató a un importante general iraní en Bagdad.
Esto después de que Teherán dijo que tomará represalias y que el parlamento iraquí votó a favor de expulsar a las tropas estadounidenses asentadas en el país.
Trump señaló que Washington no se retirará sin cobrar por las inversiones militares realizadas en Irak en estos años, y apuntó que, si las tropas deben marcharse, golpeará a Bagdad con sanciones económicas.
“Les aplicaremos sanciones que no han visto nunca antes. Harán que las sanciones iraníes parezcan débiles”, explicó Trump. “Si hay alguna hostilidad, si hacen algo que creamos que es inapropiado, vamos a imponer sanciones a Irak, sanciones muy grandes a Irak”.
“No nos iremos hasta que nos paguen por ello”, agregó.
Asimismo, Trump insistió el domingo pasado, que los sitios culturales de Irán, de los cuales habló como objetivos en la mira, son un blanco legal para su ejército, por lo que de atacarlos no estaría efectuando un crimen de guerra según lo que especifica el derecho internacional, lo cual confirmó a reporteros, a pesar de las prohibiciones internacionales.
“A ellos se les permite matar a nuestra gente. Se les permite torturar y mutilar a nuestra gente. Se les permite emplear bombas camineras y volar a nuestra gente. ¿Y nosotros no estamos autorizados a tocar sus lugares culturales? Eso no funciona así”, manifestó Trump.
Respecto a éstas declaraciones, un funcionario, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a discutir el tema en público, aclaró que era necesario asegurar que el ejército estadounidense no cometería crímenes de guerra de forma intencionada.
En Oriente Medio, desde el operativo que acabó con la vida de Qassem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds, un grupo de élite iraní, las tensiones han ido avanzando. Incluso durante el funeral de dicho general, uno de los organizadores invitó a todos los iraníes a donar 1 dólar cada uno para ofrecer una recompensa de 80 millones de dólares por la cabeza del presidente Trump.
Fuente: La Razón