Las fuerzas militares de Estados Unidos intentaron matar a un comandante iraní en Yemen el mismo día que asesinaron con un dron al máximo general de la Guardia Revolucionaria, Qassem Soleimani, revelaron el viernes funcionarios estadounidenses.
Los funcionarios dijeron que fuerzas de operaciones especiales lanzaron un fallido ataque aéreo contra Abdul Resa Shahlai, un comandante de alto rango del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán. Los funcionarios solicitaron el anonimato para hacer declaraciones sobre una misión clasificada.
Soleimani y Shahlai figuraban en una lista de objetivos militares autorizados, dijeron los funcionarios, lo cual pone de relieve la intención de Estados Unidos de debilitar la comandancia de las Fuerzas Quds de Irán, a las que Washington declaró organización terrorista. Las fuentes no dijeron por qué fracasó la misión.
El 3 de enero, un dron de Estados Unidos mató a Soleimani poco después de su llegada al aeropuerto internacional de Bagdad.
Funcionarios del gobierno de Trump justificaron ese asesinato con el argumento de que el general iraní planeaba acciones militares que amenazaban a un gran número de militares y diplomáticos estadounidenses en el Medio Oriente. Sin embargo, Irán describió el ataque como un acto de terrorismo y el 8 de enero disparó más de una docena de misiles balísticos contra dos bases en Irak que albergan a fuerzas estadounidenses y de la coalición. No hubo víctimas en ese ataque.
El Departamento de Estado ofreció el mes pasado una recompensa de 15 millones de dólares por información que permita desmantelar las finanzas del CGRI, incluido Shahlai, un financista clave en la organización. El Departamento de Estado dijo que Shahlai “tiene un largo historial de ataques contra estadounidenses y aliados a nivel global” y que planeaba múltiples asesinatos de las fuerzas de la coalición en Irak.
Sus actividades incluían suministrar armas y explosivos a grupos paramilitares chiíes y ordenar un plan para asesinar en 2011 al embajador saudita en Washington.
El Pentágono declinó hacer declaraciones sobre la operación que tuvo un carácter altamente secreto.
“Hemos visto el informe de un ataque aéreo del 2 de enero en Yemen, que desde hace tiempo se sabe es un espacio seguro para terroristas y otros adversarios de Estados Unidos. El Departamento de Defensa no hace declaraciones sobre presuntas operaciones en la región”, dijo la comandante de la Marina, Rebecca Rebarich, una portavoz del Pentágono.
Fuente: El Universal