El Gobierno de Estados Unidos estimó que las exportaciones mexicanas de aguacate a ese país romperán por primera vez la barrera de los mil millones de toneladas anuales ante lo que consideró una demanda casi «imposible de satisfacer» entre los estadounidenses.
De acuerdo con un reporte del Departamento de Agricultura de EU de diciembre, se prevé que las exportaciones mexicanas de aguacate para el año agrícola 2019/2020 superen las mil millones de toneladas, un número sensiblemente superior a los 888 mil toneladas del año agrícola 2018/2019.
«Los productores (en México) están trabajando para mejorar las condiciones en el ambiente del campo (suelos más saludables y acceso al agua) con el fin de obtener mejores rendimientos y una mayor producción, ya que la demanda en EU es casi imposible de satisfacer», asegura el informe.
Al mismo tiempo, el consumo anual de aguacate per capita también ha crecido de forma exponencial en EU al pasar de tan sólo 900 gramos en 2001 hasta llegar a más de 3.2 kilogramos en 2019.
Sin embargo, grupos ambientalistas y expertos en crimen han comenzado a sonar la alarma sobre las consecuencias de la demanda estadounidense de los aguacates de Michoacán, el único estado mexicano que puede exportar la fruta a EU desde que se levantaran las restricciones en 2007.
«Cuando he hablado con el público y mi comunidad, ésta no es consciente de cómo la demanda de deliciosos aguacates de México afecta el medio ambiente y la economía del País», dijo a REFORMA, Julia Darnton, experta en sistemas de alimentación en la Universidad Estatal de Michigan.
En marzo de este año, el observatorio Global Forest Watch del World Resources Institute con sede en Washington advirtió en un informe de la creciente tala de cientos de hectáreas de bosques en Michoacán ante la conveniencia de tener plantaciones de aguacate para exportación.
«El apoyo de los participantes clave del mercado -como vendedores minoristas, inversionistas y consumidores de EU- es fundamental para alcanzar el objetivo de cero deforestación», dice el reporte citando datos de 2016 del Gobierno mexicano de que 6 mil hectáreas de bosque se pierden al año.
Al mismo tiempo, medios de comunicación estadounidenses han publicado investigaciones sobre los vínculos de extorsión contra los productores de aguacate por parte de grupos criminales en Michoacán -como la Familia Michoacana- así como el lavado de dinero a través del mismo cultivo.
«Hay sangre en tu guacamole», tituló un editorial de Los Ángeles Times el 6 de diciembre pasado.
Apenas en 2018, un análisis en la revista académica estadounidense Politics & Policy calculó que el valor de la extorsión contra los productores de aguacate que los grupos criminales de Michoacán lograban extraer estaba ubicado entre el 1 el 4 por ciento del valor de la producción total.
«Esta extracción de rentas contra los negocios en el sector primario de la región no les involucra (a los criminales) los riesgos y costos asociados al tráfico de drogas sintéticas o la probabilidad de decomisos», dice el análisis para Politics & Policy por la investigadora Ruth Ornelas.
Ante la creciente demanda, organizaciones estadounidenses como Equal Exchange o la Rainforest Alliance han comenzando ya esfuerzos de certificación de aguacates en México tomando en cuenta desde la manera en que son cultivados hasta la forma en que son comercializados.
De acuerdo con la especialista Darnton, la educación del consumidor estadounidense sobre las consecuencias de la creciente demanda sobre el cultivo del aguacate mexicano es la clave para ayudar a cambiar prácticas e incluso hacer y a evitar decepciones sobre el producto.
«Cuando se les dice a la gente que hay impactos adversos, a menudo expresan consternación y depresión por disfrutar de este saludable alimento», concluye la especialista, «y la gente no sabe cómo hacer la diferencia». (JOSÉ DÍAZ BRISEÑO. REFORMA. VÍA NTR ZACATECAS)