A las 20:10, hora local, Javier Hernández Balcázar pisó suelo estadounidense y comenzó su aventura como nuevo jugador del Galaxy.
Aproximadamente 200 personas se dieron cita en el aeropuerto de Los Ángeles, y esperaron durante más de dos horas para recibir al Chicharito, quien llegó portando una sudadera negra y una gorra roja.
Los gritos se multiplicaron: ¡Chicharito, Chicharito! y los ¡arriba las Chivas! se dejaron escuchar, los empujones llegaron en busca de una fotografía, mientras la prensa reunida esperaba el momento, el instante para una buena toma y alguna pregunta que se hizo, pero para la que no se tuvo respuesta más allá de un simple “no puedo hablar, no puedo, mañana [hoy] en la conferencia hablaré de todo, no puedo hablar”, y rápidamente, dos empleados de seguridad lo sacaron por una puerta alterna.
Este día, Hernández será presentado en el Dignity Health Sports Park, alrededor de las 15 horas, tiempo de la Ciudad de México.
La gente, excitada por los 30 segundos en que vio a Hernández, poco a poco dejó en paz al aeropuerto de Los Ángeles, que vivió el fenómeno Chicharito, ese fenómeno con el que a partir de ya, será una constante en la ciudad.
El inicio del fin. Antes de viajar a Estados Unidos, Hernández se dio cuenta de que el final de su carrera se acerca. El goleador se mostró nostálgico en un episodio de su videoblog y adelantó que su traspaso al conjunto angelino es el inicio del retiro.
Con lágrimas, Chicharito habló con su padre y le reveló su fichaje a la MLS. “Ya está a nada de cerrarse, me voy a Los Ángeles y pues ya es el principio de empezar a retirarme. Le estoy diciendo adiós a una carrera que trabajamos mucho. Nos estamos retirando del sueño europeo”. La decisión de Javier Hernández de llegar a la primera división de Estados Unidos fue para tener más participación en el terreno de juego, algo que no había podido lograr en los últimos años.
Fuente: El Universal