La edición 34 de los premios Goya le dejó al galán consentido de España, Antonio Banderas, su primer cabezón —cómo se le conoce popularmente a la estatuilla— por su protagónico en el filme Dolor y gloria, que se alzó también con siete premios esta noche en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena de Málaga.
Banderas subió al escenario para recibir su premio y aceptó que luego de sufrir hace tres años un ataque cardíaco, este tipo de honores lo hacen sentirse vivo. Tuvieron que pasar 40 años para que el malagueño pudiera levantar en alto su cabezón y agradecer a la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, pero más aún a Pedro Almodóvar.
«No podía pasar de otra manera. Tenía que encontrarme contigo para llegar hasta aquí. Tú me has entendido mejor que nadie», abundó Banderas, quién gracias a su interpretación del alter ego de Almodóvar también de ganó ya el premio Forqué y alcanzó la nominación al Oscar, al lado de Adam Driver, Leonardo DiCaprio, Joaquin Phoenix y Jonathan Pryce.
Con su filme más íntimo, Almodóvar se reconcilió con los Goya, que hoy decidieron que también en su filme estaban la mejor música, guion original y actriz de reparto (para Julieta Serrano), reconocimientos que completaron el palmarés de su película. Pedro quiso hacer un llamado, que se volvió ya costumbre, a proteger al cine de las populares plataformas.
«El cine de autor español está en serio (en serie), peligro, por lo que necesita toda la protección posible también por parte del Estado», explicó Almodóvar, quien recibió su cabezón a Mejor Director de manos de sus chicas, Ángela Molina y Penélope Cruz, de quien accidentalmente reveló que será la encargada de entregar el Oscar a Mejor Película Extranjera.
Fuente: Quien