Este domingo concluyó con un ‘éxito agridulce’ la Cumbre del Clima de Madrid (COP25), cuyos resultados fueron calificados por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, como un ‘juego comercial’.
No sé por qué la gente no entiende que es solo un juego comercial. Realmente me gustaría saber, ¿ha habido una resolución para reforestar Europa o simplemente siguen molestando a Brasil?”, criticó en una conferencia de prensa.
Tras resultar electo, Bolsonaro rechazó la celebración de la COP25 en Brasil, y desde el Palacio de Alvorada explicó que no aceptó ser anfitrión porque “habrían hecho su carnaval” en el país.
Junto con Donald Trump, Jair Bolsonaro es uno de los presidentes más escépticos sobre el cambio climático.
Al finalizar la Cumbre del Clima de Madrid, el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, arremetió contra la discusión en materia de reglamentación global de créditos de carbono, la cual aseguró “quedó en nada”.
Los países ricos no quieren abrir sus mercados de crédito de carbono. Exigen acción y señalan con el dedo al resto del mundo, sin ceremonias, pero cuando se trata de meter las manos en los bolsillos, no lo hacen. Proteccionismo e hipocresía se dieron la mano todo el tiempo.
El funcionario explicó que a pesar de los esfuerzos de Brasil “prevaleció la visión proteccionista” de los países ricos e insistió en que ellos se mantendrán firme en su trabajo de atraer recursos para el país y los brasileños.
El papel de Brasil en la COP25 se centró en pedir prestados recursos de naciones ricas para la preservación en la potencia sudamericana, pero en los últimos días del evento, el país refutó artículos relacionados con la participación de los océanos y el uso de la tierra en el cambio climático, con lo que estuvo a punto de bloquear el acuerdo principal de la conferencia.
La cumbre del clima consiguió cerrar este domingo un documento para aumentar la ambición climática en 2020 y cumplir el Acuerdo de París que compromete a los países a evitar que la temperatura media del planeta suba este siglo por encima de 1.5 grados.
El acuerdo, titulado “Chile-Madrid, tiempo de actuar“, se logró casi dos días después de la jornada prevista para la clausura de la Conferencia y fue aprobado por la presidenta de la COP25, la chilena Carolina Schmidt, tras un tenso debate con Brasil que no aceptaba inicialmente dos párrafos incluidos en el acuerdo sobre océanos y uso de tierras.
El acuerdo final de la COP25 establece que los países deberán presentar en 2020 unos compromisos más ambiciosos de reducción de emisiones (las llamadas Contribuciones Nacionales Determinadas) para hacer frente a la emergencia climática.
Según el acuerdo, el conocimiento científico será “el eje principal” que debe orientar las decisiones climáticas de los países para aumentar su ambición, que debe actualizarse permanentemente de acuerdo a los avances de la ciencia.
Fuente: Milenio y EFE