Estados Unidos y México acordaron incluir en el T-MEC ‘verificaciones in situ’ para revisar a las empresas en las que el gobierno estadounidense crea ‘de buena fe’ que a los trabajadores mexicanos se les niegan su derecho de libre asociación y negociación colectiva, bajo las nuevas reglas de la reforma laboral, lo que para algunos especialistas representa en la práctica inspecciones laborales.
El Capítulo de Solución de Controversias estableció el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida en Instalaciones Específicas, que establece paneles laborales y verificaciones in situ (en el sitio), así como la imposición de sanciones comerciales que durarán hasta que México ‘repare’ sus posibles incumplimientos en materia de libertad sindical y negociación colectiva.
Alfredo Kupfer, socio del Bufete Sánchez Devanny, apuntó que las verificaciones in situ serán en la práctica inspecciones laborales, pero dentro de un procedimiento de solución de controversias, en un panel donde se presentarán casos de violaciones a los derechos de trabajadores u obligaciones laborales dentro del T-MEC.
“Lo que se logró de las verificaciones no evita la intromisión de Estados Unidos; nos presentan el Protocolo como un logro, pero no lo veo así, la redacción no parece ser resultado de un acuerdo trilateral, sino de que solamente es para revisar a México”, sostuvo.
Fernando Yllanes, socio de Bufete Yllanes Ramos y vicepresidente de la Comisión Laboral de Concamín, subrayó que una inspección tiene una consecuencia directa e inmediata que puede generar efectos jurídicos, en cambio, las verificaciones serán un elemento de prueba en un panel, es decir, no será lo único a considerar en el caso que reclame un país, en este caso Estados Unidos.
“Las verificaciones in situ no son inspecciones laborales, sí son una situación no cómoda porque se trata de abrir el espacio a terceros, pero las verificaciones aportarán elementos al panel y no producirán consecuencias jurídicas por sí mismas. Algunos podrían entender las verificaciones como una inspección disfrazada, pero lo que tendremos es una cosa distinta”, expuso Yllane.
Manuel Calderón, director de litigios laborales en la oficina de México de Baker McKenzie, calificó como “complejo” el nuevo Mecanismo de paneles laborales con verificaciones.
“La adenda al T-MEC va a estimular a la autoridad mexicana y a todos los sectores a cumplir con la reforma laboral. Una vez que ya se eviten los emplazamientos que no representan a los trabajadores, se evitarán los contratos no activos y Estados Unidos y Canadá no podrán tachar que no existe libertad de asociación en el país”, expuso.
Jesús Seade, subsecretario de América del Norte, fue categórico al afirmar que el concepto de inspectores en territorio mexicano quedó totalmente fuera del acuerdo y en su lugar habrá un sistema de paneles para cuestiones en materia laboral.
En una entrevista radiofónica explicó que en el panel habría un miembro de Estados Unidos elegido por México, uno mexicano escogido por el vecino del norte, y un tercero acordado por los dos países, que podría ser un inspector de la Organización Internacional del Trabajo.
Inu Manak y Simon Lester, del Cato Institute, identificaron la parte laboral como lo feo del T-MEC, en donde México enfrentará disposiciones laborales más estrictas sin que se eliminen las inspecciones a sus fábricas.
Indicaron que en el tema de los inspectores en fábricas mexicanas resultó en un nuevo anexo al capítulo laboral, que establece paneles de expertos especializados que pueden escuchar quejas sobre estas prácticas y es ahí en donde se señala que las inspecciones no se eliminan, sino que se incorporan al proceso del panel para que sirvan como un ejercicio de investigación.
Fuente: El Financiero