De visita en nuestro país para recibir este lunes el Doctorado Honoria Causa por parte de la Universidad Iberoamericana, el expresidente de Uruguay, José Mujica, deseó al pueblo mexicano “tolerancia y entendimiento” en esta etapa que está viviendo.

Más aún, agregó, frente a una relación compleja que se lleva con Estados Unidos.

“Yo le deseo a México, no a López Obrador, al pueblo mexicano, el mayor entendimiento posible y mayor tolerancia para la etapa de la historia que está enfrentando y para el tiempo que va a tener que esperar que se vaya un vecino relativamente incómodo como el que tienen, hay que ser presidente de México con ese vecino.

En conferencia de prensa, comentó que ayer en la plática que sostuvo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, luego de escuchar su mensaje con motivo de su primer año de gobierno, dialogaron de distintos temas y le pareció una persona “afable y simpática”, aunque no por ello, dijo, se tomará la licencia para opinar sobre la política mexicana.

“Estúpido sería de mi parte si no fuera dueño de mi silencio, por eso me formo una idea, pero no voy a resolver nada ni incidir para nada en el destino de México por eso permítanme reservarme mi opinión”, dijo.

El exmandatario de Uruguay de 2010 a 2015 señaló que América es una nación que aún no se termina de construir.

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“Concuerdo con aquel historiador que afirma que hemos construido varios países, pero queda pendiente construir una nación», dijo.

Lamentó el papel de la Organización de Estados Americanos en los distintos asuntos que vive la región. Confirmó, en el caso de Bolivia, que pronto logren un acuerdo que revierta la situación que se vive a partir de la renuncia de Evo Morales, a quien saludó este domingo aquí en nuestro país.

“Espero que la desgracia que padece Bolivia de alguna manera la pueda superar. Parecería qué hay una salida más o menos democrática”, visualizo.

Más tarde, José Mujica se reunió con estudiantes a quienes los instó a luchar por lo que creen y sus convicciones, “se puede vivir porque se nació, pero a nuestra vida le podemos dar un rumbo».

Fuente: Excélsior