Debido al hostigamiento que prevalece en la embajada mexicana en Bolivia por parte del gobierno de facto en ese país, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) presentó un instrumento jurídico ante la Corte Internacional de Justicia, principal órgano judicial de la Organización de Naciones Unidas (ONU), por la violación a obligaciones diplomáticas.
El recurso se presenta después de que esta semana aumentó de seis a 90 el número de elementos policiacos y militares del país sudamericano alrededor de la sede diplomática, luego de que México recibió a nueve integrantes del gobierno de Evo Morales que solicitaron asilo.
Al respecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador confió en que las autoridades bolivianas recapaciten y se respete el derecho de asilo, así como el que se aleje cualquier tentación de tomar o vulnerar nuestra soberanía al querer penetrar en nuestra embajada; eso no lo hizo ni (Augusto) Pinochet. Yo espero que prevalezca la sensatez; que prevalezca, por encima de todo, la política.
Desde el lunes pasado, la cancillería mexicana mostró su preocupación ante el asedio policial en el que incluso se han usado drones para tomar fotografías del interior de la embajada. Tras ello, no hemos recibido respuesta acorde a los principios internaciones de respeto, agregó el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon, quien dejó en claro que el gobierno mexicano no entregará a los asilados.
Explicó que el pasado 15 de noviembre las nueve personas presentaron la solicitud de asilo, la cual se concedió ese mismo día y se solicitó que se les confirieran salvoconductos para abandonar el país.
No fue sino hasta el 26 de ese mes, 11 días después, que “se nos comunica por el gobierno de facto de Bolivia que hay órdenes de aprehensión en contra de cuatro de los asilados”. De acuerdo con el derecho internacional, lo que prevalece en estos casos es el asilo, ya que al anunciarse la orden de aprehensión ya se encontraban en la embajada mexicana, apuntó.
Aunque la orden de aprehensión es contra cuatro de las nueve personas, a los cinco restantes tampoco se les ha otorgado el salvoconducto que les permitiría dejar Bolivia.
De ninguna manera permitiríamos que ingresen al recinto de la representación de México en Bolivia; eso jamás lo podríamos aceptar, ni nosotros ni ningún país, pero nosotros menos. Tampoco vamos a pedir a los nueve que se salgan de la embajada. Imagínese usted, sería inaceptable eso para México, indicó Ebrard Casaubon.
El recurso ante la instancia internacional busca “evitar que se vayan a tomar decisiones en los próximos días contrarias al derecho internacional y a la soberanía de nuestro país… Nosotros no tenemos ningún interés más que se respete y se haga valer el derecho internacional”.
En Bolivia viven alrededor de 10 mil connacionales, por lo cual, precisó, no se analiza retirar la representación, a la vez que descartó una expulsión de los representantes diplomáticos bolivianos en México. No obstante, apuntó que ya hay un plan de emergencia para atender a la población que se encuentra en ese país, pero prefirió mantenerlo en reserva.
Hasta ayer había pronunciamientos de 29 países latinoamericanos y de la Unión Europea, que refirieron su preocupación por el caso o su solidaridad con México.
Ante las acusaciones que el gobierno de facto de Bolivia hizo contra México por distorsionar la verdad respecto de la fuerte presencia policial en las inmediaciones de la embajada mexicana y asegurar que fue la propia oficina diplomática la que en noviembre solicitó esa protección, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) aclaró que una cosa es garantizar la seguridad y otra es hostigar.
El subsecretario para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes Zúñiga, precisó que el asedio de personal civil, militar y policiaco en la sede diplomática y la residencia oficial no obedece a la solicitud que hizo México a la cancillería boliviana sobre reforzar la vigilancia a causa de las manifestaciones que en ese momento se presentaban.
En un mensaje a medios, explicó que el despliegue excesivo de efectivos se da a partir del pasado lunes, cuando ya habían cesado esas expresiones ante las oficinas de la representación de México.
El diferendo entre México y Bolivia alcanzó ayer niveles de denostación, luego que Jorge Tuto Quiroga, ex presidente de esa nación sudamericana (2001-2002) y una de las cabezas visible del golpe de Estado y de los intereses de Washington en ese país, atacó al presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien llamó cobarde matoncito.
Ante esto, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, manifestó su apoyo total al mandatario federal y pidió la unidad de los mexicanos ante este hecho.
Por su parte, el director general de Organismos y Mecanismos Regionales Americanos, Efraín Guadarrama Pérez, afirmó en redes sociales que las distintas autoridades bolivianas caen en contradicciones al querer justificar su hostigamiento hacia la embajada.
Informó que la reunión solicitada para ayer por la cancillería con la encargada de negocios de la embajada de Bolivia fue cancelada por el gobierno de facto de ese país.
Ayer por la mañana, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia expuso en un comunicado que “la Subsecretaría para Latinoamérica y el Caribe de la cancillería mexicana y su embajada acreditada (…) han tergiversado y distorsionado la verdad respecto de las medidas de seguridad en dicha embajada”.
Además, se reivindicó como un país respetuoso de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, y por ello jamás violará la inmunidad de un recinto diplomático ni la investidura de un diplomático, sea cual fuere el país de que se trate.
Sin embargo también acusó a la subsecretaría mexicana de objetar de manera desafiante las decisiones del Ministerio Público de Bolivia, con relación al pedido que hizo el gobierno de facto de entrega de los asilados que tienen órdenes de aprehensión por la supuesta comisión de delitos comunes, entre los que se encuentran Juan Ramón Quintana, Antonia Wilma Alanoca, Sergio Daniel Martínez Beltrán, Víctor Vázquez y Nicolás Laguna, que se encuentran en la embajada.
Ante tales señalamientos desde La Paz, un par de horas más tarde el subsecretario Reyes Zúñiga convocó a la prensa y reiteró la posición de México sobre la tradición de asilo, y nuevamente denunció la persistencia del hostigamiento.
Llamó a la canciller Karen Longaric a abrir un canal de comunicación directo y la invitó a reunirse en un país geográficamente intermedio.
En respuesta vía Twitter de la cancillería de Bolivia, Longaric aceptó reunirse con la diplomacia mexicana, pero aclaró que estaría dispuesta a dialogar sólo con el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon.
El consultor jurídico de la SRE Alejandro Celorio ratificó que México recurrirá a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y primero solicitará medidas provisionales para evitar que nadie ingrese a nuestra sede diplomática sin razón.
Sobre la decisión de acudir a la CIJ, Jorge Tuto Quiroga arremetió públicamente contra el presidente Andrés Manuel López Obrador. En un video publicado en redes sociales empleó calificativos como matoncito y sinvergüenza contra el mandatario.
Creo que el señor López Obrador, este cínico, sinvergüenza, se pasó de bellaco con Bolivia porque ha confundido nuestro respeto, nuestra deferencia con cobardía, y es bueno que no se equivoque, que no venga a matonear a la segunda presidenta de la historia de Bolivia, Jeanine Áñez, dijo.
Mientras, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, indicó que Bolivia recibió como un ataque la decisión de llevar el asunto a la CIJ. Allá nos veremos, con mucho gusto y veremos quiénes han violado los tratados, indicó.
Por la noche, a través de una nota informativa, la cancillería puntualizó que la embajada mexicana solicitó a las autoridades de Bolivia apoyo para garantizar la seguridad del recinto debido a las protestas y clima social que atraviesa el país. Sin embargo, el operativo policiaco está fuera de toda proporción y ha generado el efecto contrario, convirtiéndose en una amenaza.
Contrario a lo estipulado en la Convención de Viena, automóviles de la oficina diplomática han sido esculcados y registrados por agentes bolivianos. Además, los operativos incluyen vigilancia las 24 horas; los policías siguen a funcionarios mexicanos que dejan los inmuebles.
Ante los ataques a México y al presidente López Obrador, el canciller Ebrard llamó a la unidad nacional.
Fuente: Staff