Este lunes, con apoyo de la Guardia Nacional, personal de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Centro nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), realizaron un sobrevuelo al volcán Popocatépetl para verificar sus condiciones generales.
Se corroboró la destrucción del domo número 85, sucedido en noviembre pasado; también se visualizó que el cráter interno mantiene un diámetro de 350 metros, pero su profundidad disminuyó a 90 metros, al ser parcialmente ocupado por los restos del domo, bloques y cenizas.
Con base en los diferentes parámetros que se monitorean y la información obtenida durante el sobrevuelo, es probable que aún se presenten emisiones leves de ceniza; eventualmente podrían presentarse algunas explosiones que no excedan en magnitud a las ya observadas.
Estos escenarios se contemplan en el nivel Amarillo Fase 2 del Semáforo de Alerta Volcánica; se reitera el llamado a la población a respetar el radio de restricción de 12 kilómetros.
Es importante señalar que para el pronóstico de una erupción volcánica se utilizan distintos parámetros de monitoreo como la observación de cambios físicos, medición de manantiales y gases, así como registros de la actividad sísmica. Sin embargo, ninguno por sí sólo puede definir el comportamiento del volcán.
El Cenapred emite un reporte cada 24 horas sobre la actividad del volcán los 365 días del año y cualquier cambio en la actividad del Popocatépetl se comunica de manera oportuna por las cuentas oficiales de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC).
Fuente: Excélsior