Al menos 42 personas han muerto en Samoa debido al brote de sarampión que afecta a la región y que por el momento ha infectado en apenas seis semanas a 3 mil personas de una población total de 200.000.
La mayoría de los fallecidos, 38, son niños de cuatro o menos años en un país con una de las tasas de vacunación más bajas del mundo.
La epidemia fue declarada oficialmente en octubre y ahora se han extremado las medidas para intentar atajar la enfermedad.
En concreto se han suspendido las clases en los colegios y se han prohibido las reuniones públicas y todos los ciudadanos que no estén vacunados deberán vacunarse de forma obligatoria, informa el periódico británico ‘The Guardian’.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima la tasa de inmunización es de entre el 30 y el 40 por ciento y alerta de que la tasa de vacunación entre los neonatos se ha desplomado en los últimos cuatro años para pasar del 85 al 60 por ciento.
En 2018 solo el 31 por ciento de los menores de cinco años estaban vacunados.
Mientras, los antivacunas continúan difundiendo su mensaje en Internet y activistas señalan al Gobierno, al que asimilan con la Alemania Nazi por la obligatoriedad de la vacunación.
Además, muchas familias recurren a los curanderos samoanos que utilizan remedios como las hojas de té.