The New York Times apuntó que pese a la promesa de la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, de unificar al país sudamericano, con sus acciones iniciales “se corre el riesgo de profundizar la brecha” entre los ciudadanos.
El diario estadounidense detalló que, entre las primeras acciones de Áñez, fueron llevar al Bolivia hacia el conservadurismo, así como la implementación de temas religiosos en su gobierno.
“Ella inyectó el catolicismo en el gobierno, jurando en sus ministros frente a una gran Biblia y pronunciando discursos a la sombra de un asistente que llevaba una cruz. Su uso intensivo de imágenes católicas contrastaba fuertemente con las ceremonias indígenas celebradas por (Evo) Morales en el palacio presidencial”, externó.
“En un país donde la gran mayoría de los ciudadanos se consideran cristianos (…) Áñez tuvo que recurrir a los grupos religiosos conservadores de Bolivia en busca de apoyo para enmascarar su falta de un mandato popular”, se aseveró en el artículo.
“El renacimiento de la Sra. Áñez de los rituales católicos en eventos públicos causó más que un poco de incomodidad porque la Constitución define a Bolivia como un estado secular. Su celo religioso también ha causado preocupación entre algunos grupos indígenas que asocian el catolicismo en la política con los antiguos gobiernos conservadores que durante mucho tiempo los trataron como ciudadanos de segunda clase”, aclaró.
The New York Times apuntó que Áñez “llenó su gabinete con políticos de las tierras bajas orientales del país, que están dominados por bolivianos de ascendencia mixta o europea. Muchos de sus ministros han sido firmes opositores a las políticas socialistas de Morales o han servido en administraciones conservadoras anteriores”.
Recalcó, además, que las acciones de la mandataria interina de Bolivia también amenazan con complicar las negociaciones con los aliados del expresidente Evo Morales para alcanzar una solución democrática a la crisis que se vive en el país sudamericano.
“En solo unos días, la Sra. Áñez cortó las alianzas de Morales con los gobiernos de izquierda en la región. Rompió relaciones con el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y echó a cientos de médicos cubanos que trabajan en el país”, detalló el diario estadounidense.
“Algunos bolivianos temen que, en lugar de expandir los derechos democráticos, la Sra. Áñez los debilite” y que en dicho país “parecen estar pensando que lo que Bolivia necesita en este momento es una purga, y no una conciliación”.
Áñez tomó juramento esta semana como mandataria interina de Bolivia después de que Evo Morales fuera forzado al exilio por las protestas y la presión de las fuerzas de seguridad.
Fuente: Staff