Gracias por asomarse a la ventana…

 

Las consecuencias de abortar la captura del hijo de “El Chapo” básicamente son dos.

En primer lugar, el fuerte impacto que han causado las críticas al operativo fallido, dentro y fuera de México, y que han alterado el ánimo presidencial, particularmente contra el manejo crítico y despiadado de periodistas y medios de comunicación sin bozal.

La segunda consecuencia es la aparición del fantasma de un golpe de estado que tiene mucho que ver con el malestar e indignación de las Fuerzas Armadas.

Por más que lo disfrace, el presidente anda inquieto por el discurso del general Carlos Demetrio Gaytán Ochoa quien cuestiona las decisiones tomadas por el “Comandante Supremo”, que agravian a los soldados, y por la polarización en que tiene sumido al país.

Los detractores de la 4T acusan al presidente de estarse victimizando para distraer la atención de los problemas reales: inseguridad, descoordinación en su equipo, falta de crecimiento económico, desabasto de medicinas, pendencia contra los sectores de la ciencia y la cultura, y el reparto de insultos a diestra y siniestra, como la acusación contra el hijo del expresidente Felipe Calderón a quien responsabiliza de atacarlo en redes sociales.

Total, como perros y gatos andan el gobierno blindado en el mesianismo, y los nostálgicos de la mafia del poder.

Vivimos tiempos recios.