El proceso de impeachment contra Donald Trump entra este miércoles en su fase pública -y televisada- con las primeras declaraciones de testigos retransmitidas en directo desde el Congreso. Este procedimiento excepcional, una especie de juicio parlamentario, debe determinar si el presidente cometió algún delito o falta grave en el escándalo de Ucrania, lo que abocaría a su destitución. Es la cuarta vez en la historia que Estados Unidos activa esta operación y, hasta ahora, nunca ha salido adelante. Richard Nixon dimitió por el caso Watergate antes de que la votación llegase a la fase final, en el Senado.
La investigación previa comenzó en la Cámara de Representantes el pasado 24 de septiembre, tras salir a la luz las maniobras del presidente con el Gobierno de Kiev para lograr que la justicia de Ucrania investigase al demócrata Joe Biden, que quiere disputarle la presidencia en 2020, y al hijo de este por sus negocios en este país cuando el padre era vicepresidente.
Todas las declaraciones hasta ahora se habían prestado a puerta cerrada, pero este miércoles, a las 10.00 de la mañana (hora local), en la sala 1100 del edificio Longworth de la Cámara de Representantes, empieza el espectáculo. La ciudad de Washington, un gran parque temático de la política, se ha preparado para la ocasión como suele hacer en muchos de estos casos, con los bares abriendo antes y sirviendo copas con descuento para seguir la jornada por los televisores como si de un acontecimiento deportivo se tratase.
Los dos primeros testigos en testificar son el embajador interino en Ucrania, William B. Taylor, y el alto funcionario del Departamento de Estado George Kent, que ya habían declarado en privado. Tanto su relato como las transcripciones precisas se han hecho ya públicas, pero los estadounidenses van a poder escuchar en directo y de primera mano su versión de los hechos.
La de Taylor es explosiva. El diplomático, con medio siglo de servicio público a sus espaldas, denunció en su primera comparecencia en el Congreso, hace unas semanas, “una historia de rencores, informantes, canales paralelos, quid pro quos, corrupción e injerencia en las elecciones” estadounidenses que pone en apuros a Trump.
Todo trascendido hasta ahora a raíz de los testimonios ha dibujado ya a un modus operandi más que polémico, según el cual el republicano se sirvió de una diplomacia paralela para influir en el Gobierno ucranio, que incluyó quid pro quo y otorgó a Rudy Giuliani, abogado personal del presidente, un papel fundamental. Para los demócratas, una de las pruebas más concluyentes del asunto es la llamada del 25 de julio entre Trump y su homólogo ucranio, Volodímir Zelensky, en la que el norteamericano le pide explícitamente la investigación. Además, algunos mensajes de texto entre diplomáticos, difundidos a raíz de estas pesquisas, apuntan a que se usaron ayudas y una invitación a Zelensky la Casa Blanca como mecanismo de presión.
El presidente del Comité de Inteligencia, el demócrata Adam Schiff, resaltó este martes la “importancia” de que el pueblo estadounidense y todos los miembros del Congreso “oigan de sus propias palabras todo lo que han visto y experimentado”. Schiff se convirtió en presidente del comité y una suerte de portavoz del partido sobre todo lo que tuviera que ver con Trump y Rusia el pasado enero, con la vuelta de la mayoría demócrata a la Cámara baja.
Este miércoles Schiff liderará los interrogatorios junto al republicano Devin Nunes. Según las normas que el Congreso aprobó hace unos días, los cuestionarios durarán alrededor de 45 minutos para cada uno y pueden delegarse en los abogados de los demócratas y los republicanos. El viernes también declara Marie Yovanovitch, la exembajadora de EE UU en Ucrania, que ha denunciado presiones de Trump para despedirla con “acusaciones falsas”. Giuliani la acusaba de proteger los intereses de Joe Biden y su hijo Hunter, según Yovanovitch.
El Comité de Inteligencia, que es el encargado del grueso de la investigación, elaborará un informe final que pasará al Comité de Justicia. Aunque los demócratas voten a favor de los cargos penales contra el mandatario en la Cámara baja, el caso pasa luego al Senado, de mayoría republicana, donde se celebra el “juicio” en sí y se vota el veredicto. Salvo nuevos hallazgos en la investigación, el impeachment tiene hoy por hoy pocas posibilidades de salir adelante pues requiere 67 de los 100 votos y los republicanos han cerrado filas en torno a Trump, pero el drama político, a un año de las elecciones, está servido en streaming.
Fuente: El País