A partir de mañana se encontrará disponible el nuevo libro de nuestro presidente: “Hacia una economía Moral” (ed. Planeta, 2019). A pesar de ello, el libro ya ha sido comentado en varias columnas periodísticas. Tal es el caso de las columnas de Enrique Quintana, Director General Editorial de este diario, la semana pasada, así como la de ayer del ex Secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, en El Universal. En este espacio ofreceré la visión de un servidor sobre “Hacia una economía moral”.
En mi opinión, el nuevo libro de nuestro presidente no es un libro de “economía moral” per se, como lo sugiere el título, en el sentido de Adam Smith, Karl Marx, San Agustín o Santo Tomás de Aquino, quienes con considerados como los fundadores de la filosofía moral y ética de la economía. No obstante lo anterior, sí me parece un ejercicio de consistencia con lo ha prometido nuestro actual presidente en materia de política económica, desde que estaba en campaña, hasta las acciones que ha llevado a cabo durante su gestión. En mi opinión, el libro ”Hacia una economía moral” es un resumen mucho más estructurado del libro “2018. La Salida. Decadencia y renacimiento de México” (ed. Planeta, 2017), con algunos ligeros cambios.
“Hacia una economía moral” consta una introducción, tres capítulos, un prólogo –escrito por Enrique Galván Ochoa, veterano periodista de La Jornada-, y un epílogo, en 190 páginas. En el primer capítulo, el autor hace referencia a la corrupción, que como ya lo ha comentado ad nauseam, considera que es el principal problema de nuestro país. A este primer capítulo le asignó 17 páginas o 9 por ciento del libro. El segundo capítulo está dedicado a describir -desde su perspectiva-, ‘el fracaso del modelo económico neoliberal’, al cuál asigna 19 páginas o 10 por ciento del libro. Por último, en el tercer capítulo enumera y describe las ‘nuevas’ políticas para la transformación, que son diez, escritas en 120 páginas, representando casi el 64 por ciento del documento.
Las diez políticas son: (1) Cero corrupción (8.3 por ciento de las 120 páginas del tercer capítulo); (2) austeridad republicana (4.2 por ciento); (3) separación del poder político y del poder económico (9.2 por ciento); (4) democracia participativa (5 por ciento); (5) política exterior y solución de raiz al fenómeno migratorio (5.8 por ciento); (6) el estado como promotor del desarrollo (25.8 por ciento); (7) finanzas públicas sanas (3.3 por ciento): (8) un país con bienestar (19.2 por ciento); (9) cambio de paradigma en seguridad (10 por ciento); y una (10) república amorosa y fraterna (9.2 por ciento).
Como se puede apreciar, el sexto punto -el estado como promotor del desarrollo-, es al que el presidente le asignó el porcentaje más alto del número de páginas. Cabe destacar que no dice ‘el estado como rector de la economía’, sino ‘el estado como promotor del desarrollo’, lo cuál me parece adecuado para un país con tanta desigualdad y falto de crecimiento, como el nuestro. Las políticas en esta sección giran alrededor de cinco principios rectores: (1) Apoyar la economía popular; (2) fortalecer el mercado interno; (3) impulsar proyectos para el desarrollo regional; (4) fomentar la participación de la iniciativa privada; e (5) intensificar el comercio exterior y la captación de inversión extranjera. En este sentido, no observé ninguna política nueva, con respecto a las que hemos leído en ‘La Salida’, el Plan Nacional de Desarrollo (PND) o que hemos escuchado en las conferencias de prensa ‘mañaneras’. Esto, en mi opinión, brinda consistencia a las políticas que ha planteado y llevado a cabo nuestro presidente y reduce incertidumbre para quienes piensan que puede salirse de las pautas que ha marcado desde su campaña.
Considero que los dos cambios más significativmos que noté con respecto a ‘La Salida’ y al PND reflejan un ejercicio de realismo: (1) No menciona que “a fines del sexenio la economía habrá alcanzado una tasa de crecimiento de 6 por ciento, con un promedio sexenal de 4 por ciento”, como también lo notó Urzúa en
su columna de ayer; y (2) noté una disminución significativa en el énfasis de ‘rescatar la soberanía energética’ y no se menciona la cancelación de la ’mal llamada reforma energética’.
En mi opinión, la importancia de este libro radica en que prácticamente todo lo que ha ocurrido en nuestro país desde el 1 de julio de 2018 en términos de política económica se ha fundamentado en ‘La Salida’. Así, considero que es muy importante leer y analizar “Hacia una economía moral”, si queremos saber qué va a ocurrir en nuestro país hacia delante, bajo el mandato de López Obrador.
Referencias.
López Obrador, Andrés Manuel. 2018. La Salida. Decadencia y renacimiento de México. Ciudad de México: Ed. Planeta, 2017.
_______. Hacia una economía moral. Ciudad de México: Ed. Planeta, 2019.
Twitter: @G_Casillas
* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF.