En el marco de la investigación iniciada por los demócratas, Marie Yovanovitch, exembajadora de Estados Unidos en Ucrania, declaró ayer ante el Congreso que el presidente Donald Trump presionó al Departamento de Estado para deponerla.
Aseguró que en mayo fue expulsada de su cargo “abruptamente” y que se le dijo que el mandatario había perdido la confianza en ella. Un funcionario le comentó, añadió, que existía una “campaña concertada” en su contra, y que hacía casi un año que el magnate presionaba a los funcionarios para que la expulsaran del puesto.
“Si bien comprendo que respondía a las necesidades del presidente, no podía creer que el gobierno de EU decidiera destituir a un embajador sobre la base, por lo que he podido determinar, de denuncias infundadas y falsas de personas con motivos evidentemente cuestionables”, escribió Yovanovitch a AP.
En ese contexto, una Corte federal de apelaciones rechazó la negativa del Ejecutivo estadounidense para mostrar sus declaraciones de impuestos ante el requerimiento interpuesto por los legisladores.
Apenas la semana pasada, Trump había logrado evitar el requerimiento de la Cámara de Representantes de mayoría demócrata, que está iniciando un juicio político en su contra. No obstante, Trump aún podría apelar el fallo ante la Corte Suprema.