La policía de Ecuador repelió este viernes con bombas lacrimógenas una manifestación indígena que avanzaba por el centro histórico de la capital de país y se dirigía a la sede de la Asamblea Nacional, en la novena jornada de protestas contra la política económica del gobierno federal.
El periódico El Universo reseñó que los manifestantes sortean el gas en su camino para llegar al Palacio Legislativo, en el noveno día de protestas consecutivas contra la política económica que anunció a principios de este mes el presidente ecuatoriano Lenín Moreno y que pactó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los enfrentamientos entre policías y manifestantes, con piedra, palos y gas lacrimógeno, se registraron en los alrededores del Palacio Legislativo, hasta el momento no se tiene reportes de personas heridas o detenidas.
En la protesta también participaron indígenas de la Amazonia, que armados con lanzas, se sumaron este viernes a las manifestaciones que se realizan en demanda de que se derogue el Decreto 883 que eliminó el subsidio a los combustibles.
Mientras, la policía denunció que recibió “amenazas” de que los manifestantes tomarían la sede de la Asamblea Nacional, y aseguró que los indígenas dieron cinco minutos a las personas que se encontraban dentro del recinto legislativo para salir.
Por ello, la policía responsabilizó a la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) y a sus dirigentes de la integridad del personal y las instalaciones de la Asamblea.
La policía también denunció que los protestantes llevan a cabo “acciones insurgentes”. Con esas acciones “no sólo se atenta contra la integridad de nuestros policías, sino de los ciudadanos», indicó.
El secretario General de la Presidencia, José Augusto Briones, reiteró que el gobierno del presidente Moreno está abierto al diálogo, y pidió que el movimiento indígena deponga su postura para lograr un acercamiento pacífico.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) también ratificó el jueves su intención de mediar en el proceso de diálogo, si todas las partes lo aceptan.
Fuente: Excélsior