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La verdad de las mentiras

Publicado por
José Cárdenas

Gracias por asomarse a la ventana…

 

En Culiacán se liberó a un narcotraficante, a sangre y fuego.

Si tras el operativo de captura, fallido y desastroso, se nos hubiera brindado toda la información, no sería necesario un informe pormenorizado perforado por la suspicacia.

La verdad no es esquiva, pero entregarle al pueblo la verdad verdadera, única, sólida y firme, es perentorio para evitar mayor más zozobra y sospechosísimo.

La verdad no se esconde, alguien la quiere esconder entre brumas de mentira y manipulación.

Y cuando la mentira se pronuncia desde el poder, es peor. La mentira es verdad mientras nos hunde en pantanos.

La veracidad detrás del fiasco “culiacanense”, debe ser transparente. Lo contrario es opacidad. Agua puerca.

Hay una base razonable para decir, que el fiasco de Culiacán puso en ridículo a los integrantes del Gabinete de Seguridad Nacional por la chambonada, incluyendo a quien los nombró, así hayan encontrado la puerta de escape de la prudencia tras la imprudencia, para evitar más sangre derramada –14 muertos no son pocos–, debido a un reclamo del gobierno estadunidense, sumado al capricho migratorio.

Si la exhibición de la verdad no trae consigo la develación de los verdaderos compromisos con el gobierno de Estados Unidos, quedará incompleta.

A tiempo sabremos dónde confeccionaron la respuesta digestiva, si en el departamento de escenografía o en los de maquillaje y vestuario. Ya sabremos que tan capaces fueron para ofrecer la verdad desnuda o si estamos condenados a y dormir, por los siglos de los siglos, con los ronquidos de “la verdad sospechosa”.

¡Órale!, habrá de decir el payaso tenebroso.

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Publicado por
José Cárdenas