Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2012 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, el cannabis es la sustancia ilícita más consumida mundialmente. Existían, para ese año, entre 119 y 224 millones de consumidores de cannabis en todo el mundo y su demanda crecía como se muestra en ese Informe.
En su Informe del año 2016, Naciones Unidas reconoció que fue un año especial porque varios países, y varios estados de la Unión Americana legalizaron la planta en los últimos meses. Y los usuarios aumentaron a 183 millones de usuarios en todo el planeta, y se cultiva en 135 países. Los datos del último informe anual muestran un aumento en el consumo del cannabis en todo el continente americano en la última década. Este incremento es más pronunciado en Estados Unidos, coincidiendo con las sucesivas legalizaciones recreativas o medicinales que ha habido en los últimos años: el número de usuarios diarios o casi diarios de marihuana creció un 67 % en el periodo 2007-2015.
De hecho, la regulación legal del cannabis ha sido y es objeto de debate y controversia desde hace décadas. Prácticamente todos los países cuentan con leyes sobre el cultivo, posesión, venta o consumo de esta sustancia. Por otro lado, los productos no-psicoactivos, como la fibra o las semillas, por ejemplo, son legales en muchos países, en los que, además, las autoridades pueden dar licencia para el cultivo orientado a dichos fines.
El cannabis es una sustancia controlada en casi todo el mundo, aunque hay excepciones por motivos médicos. ¿Cuál es la situación en el mundo con respecto a la legalización de los distintos procesos productivos involucrados en el consumo de cannabis?
Muchos son los países que no criminalizan la posesión de pequeñas cantidades, como ocurre en gran parte de Sudamérica, así como el cultivo con fines de consumo personal (como en España, donde en ciudades como Barcelona son numerosos los “clubes de fumadores” o “coffee shops”).
Al contrario de lo que se cree, técnicamente Holanda nunca ha legalizado la marihuana. Lo que ha hecho es no dictar leyes contra los locales donde ésta se vende, conocidos también como “coffee shops”. En Europa, a partir de 2001, Portugal se convirtió en el primer país europeo que oficialmente abolió las penas criminales para personas en posesión de drogas, incluida la marihuana, cocaína, heroína y metanfetaminas.
España, Estados Unidos, Canadá, Australia, Austria, Francia e Italia encabezan el grupo de los países más consumidores. En los Estados Unidos, los consumidores de marihuana pueden, desde el año 2014, poseerla legalmente con fines recreativos en sus Estados de Washington y Colorado. Así, sendas leyes contemplan la apertura de los primeros “coffee shops” donde los consumidores pueden comprar hasta 28 gramos de marihuana cada vez de forma legal, con la condición de tener por lo menos 21 años.
En el lado contrario están los países en los cuales los castigos por consumo de marihuana son severos, cárcel, a veces perpetua, llegando incluso a la pena de muerte. Son Cuba, Irán, China, Taiwán, Arabia Saudita, Filipinas, Emiratos Árabes, Indonesia, Omán, y Singapur. En este último la tenencia, consumo y tráfico de marihuana se castigan con la pena de muerte por ahorcamiento. No existe ningún precedente de indulto.
En México la marihuana es la droga ilegal consumida por más de siete millones de mexicanos. Es decir, un 8.6% de los adultos, entre los 18 y 65 años, afirman que la probaron al menos una vez. Este porcentaje se duplicó entre los años 2011 y 2015, lo que ha propiciado que el cannabis sea la droga que más crece en el país.
La Comisión Nacional contra las Adicciones en México (CONADIC), presentó en 2018 las estrategias en materia de prevención y atención del consumo de drogas. Se expresó que las falsas creencias sobre su incapacidad para dañar la salud de las personas y los supuestos valores terapéuticos al fumarla son algunas de las causas del incremento en el consumo de marihuana.
En abril de 2018, y dentro del marco del 63 Periodo Ordinario de Sesiones de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la Organización de los Estados Americanos (OEA), México detalló que el uso lúdico de la marihuana tiene efectos perjudiciales para la salud mental y física, y para la sociedad en general.
Y además se mencionó que “la salud mental y física son afectadas con ansiedad, pánico, psicosis, cuadros parecidos a la esquizofrenia, problemas de concentración, cognición, aprendizaje, deterioro de la coordinación motora, riesgo de cuadros depresivos, padecimientos respiratorios, enfermedades pulmonares y mayor riesgo de padecer síndrome coronario agudo.
“Y los efectos perjudiciales para la sociedad son bajo rendimiento escolar y reducción de la productividad, aumento de accidentes e incapacidades laborales, mayor probabilidad de accidentes de auto fatales, riesgo de presentar conductas delictivas, y problemas familiares” se detalló.
Cabe señalar que el Programa Nacional de Prevención del Consumo de Sustancias Psicoactivas y Participación Ciudadana de la CONADIC tiene entre sus objetivos evitar o retrasar la edad de inicio en el consumo de sustancias psicoactivas, incrementar la percepción de riesgo para reducir el uso de las mismas, impulsar acciones normativas para disuadir y controlar el consumo de tabaco, alcohol, y otras drogas.
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