El keniano Eliud Kipchoge entró este sábado en la historia del deporte al correr por primera vez un maratón en menos de dos horas, y rompiendo una barrera que muchos pensaron que tomaría décadas alcanzar.
Kipchoge, de 34 años, derribó este sábado en Viena el legendario muro de las dos horas sobre la distancia con un tiempo de 1h59:40, una marca que sin embargo no será oficial por las ayudas externas que recibió.
El maratonista más rápido de la historia reventó el crono corriendo los 42 mil 195 metros a una velocidad media más propia de un sprint, con una media de 17 segundo por cada 100 metros, 2 minutos 50 segundos por kilómetros.
El keniano realizó los últimos metros en solitario y entró en la meta sonriendo, tras dinamitar una de las fronteras legendarias del atletismo de forma muy holgada.
El fondista, récord mundial de maratón (2h01:39), fue el protagonista en solitario de una carrera hecha a su medida, «Ineos 1.59», en la que contó con ayudas externas no permitidas por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) y, por tanto, su marca no será homologada.
La carrera comenzó a las 8:15 hora local con condiciones climáticas un poco peores a lo inicialmente esperado, con niebla y una humedad del 90%, lo que aumentaba el desgaste.
El corredor contó con el respaldo de 36 «liebres» (corredores), que lo acompañaron en grupos que se alternaban, uno de los motivos por los que la IAAF no ratificará el tiempo como récord mundial.
Los grupos recibieron la ayuda de una camioneta que marcaba el paso a los corredores con un rayo láser que proyectó la posición ideal en el asfalto. También recibieron bebidas, que eran entregadas con cuidado por ciclistas y otros corredores, para prevenir que desacelerasen.
También contó con un circuito completamente llano y adaptado, incluso con partes recién asfaltadas para evitar irregularidades.
Kipchoge fue alentado por una multitud en el trayecto en el Prater, con festejos en su país natal que empezaron antes que completara el objetivo.
«Ha sido el mejor momento de mi vida», dijo Kipchoge al mencionar que pasó cuatro meses y medio entrenándose para esta carrera contra el reloj.
«Cargaba una enorme presión. Me llamó el presidente de Kenia», agregó.