Antes de su llegada a Bolivia en noviembre de 1966, Ernesto «Che» Guevara venía del fallido intento de instalar un foco revolucionario en el Congo, Africa. El argentino, que tuvo un lugar crucial en la Revolución Cubana de 1959, estaba decidido a dejar la isla para trasladar su internacionalismo insurgente a nuevos territorios.
Y luego de un acuerdo con Fidel Castro, El Che eligió Bolivia para establecer una base de entrenamiento y desarrollo de la guerrilla: el objetivo final era bajar hasta la Argentina.
Una de las ideas que Guevara desarrolló fue la teoría del “foco” revolucionario. Esto era una práctica y a la vez un modelo de Revolución, que se iniciada por una pequeña vanguardia de guerrilleros, sin recurrir a grandes organizaciones para sostener la insurrección armada.
Poniendo en práctica estas ideas, Guevara estableció el primer campamento dentro del territorio boliviano. Lo hizo en el poblado de Ñancahuazu. Y desde ese lugar iniciarían, según su estrategia, la acción hacia el norte argentino.
El antecedente al brote revolucionario de Bolivia, y en cono Sur, apoyado por los cubanos fue el intento en 1964 del periodista argentino Jorge Ricardo Masetti, autor del libro Los que luchan y los que lloran y fundador de la agencia de noticias Prensa Latina .
Masetti armó una base foquista en la selva salteña, iba a colaborar con el Che, pero la movida terminó trunca y el periodista, asesinado. Entonces para su plan en Bolivia, Guevara eligió a Tamara «Tania» Bunke como enlace con las fuerzas locales.
Lo cierto es que el foco guerrillero tenía graves problemas para establecer un contacto con el Partido Comunista Boliviano, liderado por Mario Monje. El PC finalmente abandonó a Guevara que sí fue contó con el apoyo de los hermanos Coco e Inti Peredo.
En marzo de 1967 comenzaron las dificultades para el grupo insurgente en Ñancahuazu. La base de operaciones fue descubierta por el ejército boliviano, asesorado por enviados militares de Estados Unidos.
En ese momento comenzó el asedio a los Rebeldes, y el Che, en retirada, dividió su guerrilla. El cubano Joaquín dirigía la retaguardia, grupo que fue diezmada. Además, «Tania» también perdió la vida emboscada con otros guerrilleros en un río que estaban vadeando.
En octubre del 67, Guevara y su tropa estaban en una situación crítica. Finalmente en la quebrada del Yuro comenzó el trágico final. El 8 de octubre de 1967, el Comandante Revolucionario fue herido, capturado y llevado a la escuelita de La Higuera.
Allí lo esperaban altos jefes bolivianos y el agente de la CIA, de origen cubano, Felix Rodríguez que sacó la última foto del Che vivo.
El 9 de octubre de 1967, el sargento Mario Terán fusiló al Che al otro día de la captura. Después lo trasladaron a Vallegrande, donde el cuerpo fue colocado en un lavadero de mármol del hospital local y fotografiado. Esa imagen fue icónica y marcó un antes y un después de las experiencias guerrilleras.
Los militares decidieron sepultarlo cerca del aeropuerto en una fosa común. Antes le amputaron las manos para confirmar su identidad.
Recién en julio de 1997, fueron hallados e identificados los restos de Ernesto «Che» Guevara en Vallegrande y trasladados a Cuba.
Desde octubre de 97´están alojados en el mausoleo de Santa Clara, una ciudad en el centro de la Isla, donde el Che combatió contra la dictadura de Fulgencio Batista a fines de 1958.
Fuente: Clarín