Ana Paula Ordorica
Porfirio Muñoz Ledo preguntó a los integrantes de la CNTE que impedían sesionar la semana pasada por un bloqueo a los accesos a la Cámara de Diputados que para qué estaban ahí si dentro del recinto cuentan con cuarenta diputados. “Ustedes (los maestros) ya tienen 40 diputados, son el grupo más numeroso; ya quisiera la CTM 40 diputados para un día de fiesta”, les dijo Muñoz Ledo.
Hoy la CNTE amenaza con bloquear de nueva cuenta San Lázaro hasta que se cumplan sus demandas en las Leyes Secundarias.
¿Por qué están de regreso? ¿No les es suficiente tener 40 diputados para empujar su agenda? Por lo visto la CNTE y el SNTE tienen algunos diputados en San Lázaro, pero no necesariamente son cuarenta. Para escribir esta columna me acerqué a legisladores de distintos partidos, incluyendo la oficina del propio Porfirio Muñoz Ledo, buscando conocer quiénes son estos cuarenta diputados y, para mi sorpresa, ¡ni Muñoz Ledo ni los integrantes de la Comisión de Educación los ubican!
¿Cómo puede existir esta idea de que hay 40 diputados de la CNTE en San Lázaro y ni los mismos diputados tienen una idea, ya no digamos un registro, de quiénes son y cuáles son sus posturas? Así de poca es la seriedad de los legisladores para un tema fundamental para México como es la educación.
Revisando las trayectorias (es un decir) de los integrantes de la Comisión de Educación, me encontré con algunas sorpresas.
La presidenta de la Comisión de Educación, Adela Piña Bernal (Morena), tiene cero experiencia en materia educativa. Su único cargo político ha sido la presidencia del Comité Ejecutivo de la Delegación (hoy Alcaldía) Cuajimalpa. Ah, eso sí, es muy cercana a Dolores Padierna y René Bejarano.
Hay algunos maestros en la Comisión, como Flora Tania Cruz Santos (Morena) que ha sido profesora en una escuela primaria en Veracruz; José Luis Montalvo Luna (PT) docente en la escuela normal de Los Reyes Acaquilpan, Estado de México; y Francisco Javier Ramírez Navarrete, maestro en la Universidad Tecnológica del Sur del Estado de México
Integrantes de la CNTE hay solamente dos: Azael Santiago Chepi (Morena) que fue Secretario General de la Sección XXII e Irán Santiago Manuel, Auxiliar de Pagos de la misma Sección.
Hay integrantes de otros sindicatos educativos, como María Teresa López Pérez (Morena), del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Guadalajara. También Martha Hortensia Garay Cadena (PRI), integrante de la sección 38 del SNTE. Pero la que destaca es Idalia
Reyes Miguel, no por ser miembro de la CETEG, la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero, sino porque en 2013 fue detenida por violencia familiar en agravio de su hijo menor de edad.
Hay algunas joyas, como el diputado Luis Eleusis Leónidas Córdova Morán (PRI), que ha sido miembro y dirigente de Antorcha Campesina en Matamoros y Atlixco desde 1981; o Carmen Patricia Palma Olvera (Morena), en cuya trayectoria destaca haber sido presidenta de El Barzón en Quintana Roo.
Es de llamar la atención la ligereza con la que se habla de que hay 40 diputados de la CNTE cuyo registro es desconocido y por ello son un misterio. ¿Existen? Quien sabe. Pero esa falta de información no deja de ser un termómetro de por qué es tan pobre la discusión para sacar adelante una reforma educativa enfocada en mejorar la educación de las próximas generaciones y no solo las prebendas y los resultados de las próximas elecciones.
Apostilla: La mancuerna que hacen la Ley de Amnistía y la Ley de Defraudación Fiscal que se discuten actualmente en Cámara de Diputados dejan en claro que en la agenda del presidente la justicia sigue siendo selectiva. Busca cárcel para los ricos (vende facturas) y libertad para los pobres (que delinquen, pero no tienen para pagar abogados). Justicia selectiva sigue siendo justicia mal implementada. Esto no es una defensa a los vende facturas, es una defensa de que la justicia no puede depender de cuestiones financieras para definir libertad o cárcel.
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