Fue cuestión de un año para que Bianca Andreescu pasara de perder en primera ronda de calificación en el Abierto de Estados Unidos a levantar la gloria en Flushing Meadows con sólo 19 años.
La tenista canadiense minimizó a la legendaria Serena Williams en el estadio Arthur Ashe y la venció 6-3, 7-5 para levantar el trofeo del último Grand Slam del año en su primera vez en el cuadro principal.
Por si fuera poco, Andreescu consiguió la proeza de ser la primera debutante en conquistar el US Open en 19 años, después de que Venus Williams, quien este sábado estaba en la tribuna, lo consiguiera en el 2000.
La conquista cayó con drama incluido, pues en el segundo set Bianca estuvo 5-1 arriba, pero cedió terreno y permitió que Serena igualara 5-5.
El 2019 será un año para enmarcar para Bianca, quien se convirtió en profesional apenas en el 2017.
Pese a que tuvo una lesión en el hombro que la retiró de Roland Garros y la obligó a saltarse la hierba, la originaria de Thornhill, Ontario, se llevó sus primeros dos trofeos en el circuito profesional (Indian Wells y Toronto) y selló con la gloria de Nueva York.
Del otro lado la frustración acaparó el nombre de Serena, pues ésta fue la cuarta Final de un torneo grande en fila que pierde en su búsqueda de igualar el récord de Margaret Court con más títulos de este calibre, con 24.
El US Open ligó su segunda edición viendo la coronación de una adolescente en lo más alto, pues el año pasado, venciendo también a Serena Williams, Naomi Osaka, japonesa entonces de 20 años, se consagró campeona.
Hoy los libros de la historia de la WTA han escrito un nuevo capítulo sobre una promesa que pone a soñar a Canadá: Bianca Andreescu.