Gracias por asomarse a la ventana…
De la mal llamada reforma educativa no quedó punto ni coma. Lejos de corregir errores, el gobierno le cortó el pescuezo de tajo.
Hay razones para estar pesimistas.
Si la contrarreforma política de la educación pactada con la CNTE tapaba miserias, las leyes secundarias aprobadas en el Congreso, las desnudan.
Se mantendrá postrado nuestro sistema educativo. Se agudizará la crisis. México seguirá rezagado en lo elemental.
Cierto, la reforma educativa de Peña Nieto había quedado corta; no replanteaba planes de estudio ni nuevos métodos de enseñanza, pero, eso sí, afirmaba la rectoría del Estado en la educación.
La mayoría dominante tira eso a la basura.
La CNTE beligerante pasa al pizarrón; se roba el gis y esconde el borrador. Escribe extorsión y chantaje con mayúscula. El sindicalismo punitivo dirá quien, cómo, cuándo y cuánto un maestro podrá progresar. Total, el gobierno paga, se humilla y abdica en su responsabilidad educativa. Entrega la plaza y con ella la esperanza de mejorar la calidad de nuestras escuelas públicas.
En adelante, quien quiera calidad educativa, que la busque en las escuelas particulares o que aguante a la CNTE omnipotente.