El primer barril fue abierto y ya fluye la cerveza al comenzar la 186ta edición de la Oktoberfest en la ciudad de Múnich, en el sur de Alemania.
El alcalde Dieter Reiter insertó el grifo en el primer barril con dos golpes de martillo y al grito de “O’zapt is” (“abierto está”).
Como requiere la tradición, entregó la primera jarra al gobernador de Baviera, Markus Soeder.
Se espera la asistencia de unas 6 millones de personas de todo el mundo hasta que finalice la Oktoberfest el 6 de octubre.
Antes de la inauguración oficial por el alcalde, los terrenos del festival estaban tan abarrotados que los guardias de seguridad solo permitieron el ingreso a las carpas a quienes tenían reservas.
Luego de unos años a la baja, en 2018 repuntó la afluencia de público con la asistencia de 6,3 millones de visitantes.
Como en años anteriores, las mochilas y los bolsos grandes están prohibidos por razones de seguridad.
VISITA DE OBAMA
Las carpas están totalmente reservadas para este año.
Numerosas personalidades del deporte y el espectáculo asistirán con los tradicionales trajes o vestimenta similar a la fiesta popular.
Este año se especula con una visita especial: Barack Obama será uno de los oradores centrales del festival de empresas «start-up» «Bits & Pretzels» en Múnich, a tan sólo un paso de Theresenwiese.
El operativo policial contará con unos 600 efectivos en torno al predio de la Oktoberfest.
A ellos se sumarán cientos de agentes privados de seguridad.