El Gobierno de Donald Trump está terminando los planes para permitir la perforación y extracción de gas y petróleo en el Refugio Nacional de Vida Salvaje del Ártico, una zona protegida en Alaska.

La Oficina de Administración de Tierras (BLM, en inglés) ofrecerá en renta prácticamente los 6474.9 kilómetros cuadrados de la planicie costera del refugio en Alaska, que incluyen áreas habitadas por osos polares, especie en amenaza de extinción, de acuerdo con un reporte del diario The Guardian.

Además, las perforaciones afectarán a poblaciones indígenas.

La Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, aprobó una ley para proteger el área, sin embargo resulta improbable que la mayoría republicana del Senado haga lo mismo.

Por mucho tiempo este tipo de actividades estuvieron prohibidas en la zona del ártico de Alaska hasta que el Congreso aprobó una ley en 2017.

Ayer, BLM entregó su informe final de impacto ambiental para el proyecto, en el cual dijo trabajaron más 70 empleados y en el que se dedicaron 13 mil horas de trabajo.

El documento ordena al Departamento del Interior, a través de BLM, establecer 3237.4 kilómetros cuadrados para licitar, divididos en dos áreas, a lo largo de planicie costera perteneciente al área protegida.

También autoriza a utilizar hasta poco más de 8 kilómetros cuadrados dentro del refugio para instalaciones y facilidades.

La agencia dijo que se prevé otorgar las licitaciones para el final del año.

Según The Guardian, BLM estima que el petróleo que se extraído y quemado pondría en la atmósfera cada año un equivalente de 0.7 y 5 millones de toneladas cúbicas de dióxido de carbono, lo que equivale a un millón de autos circulando anualmente.