Gracias por asomarse a la ventana…

                 

Detrás del encarcelamiento de Rosario Robles sombras de sospecha oscurecen el proceso, independientemente de la presunta culpabilidad de la acusada.

 

La sospecha recae en el juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, en el conflicto de interés por su parentesco con la diputada morenista Dolores Padierna, la tía Lola, y su esposo, el profesor René Bejarano, enemigos declarados de Rosario Robles.

 

Sume a este dramón que Rosario fue pareja sentimental del empresario argentino Carlos Ahumada, principal artífice de los video-escándalos que exhibieron, en 2004, actos de corrupción de colaboradores cercanísimos de Andrés Manuel López Obrador, entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México. En los videos se vio a René Bejarano, esposo de la actual diputada federal, Dolores Padierna, recibir fajos de billetes, con todo y ligas, de manos de Carlos Ahumada. René Bejarano estuvo ocho meses en prisión por este hecho y prácticamente fue el fin de su carrera política. Bejarano jamás perdonó a Robles; la acusó de haber sido la autora intelectual de su desgracia.

 

El video-escándalo también dañó la carrera política de Dolores Padierna. 

 

Estos hechos alimentan la sospecha de que la orden de prisión contra Rosario tiene más una motivación vengativa que jurídica.

 

El juez Delgadillo Padierna, justo por su vínculo con una familia agraviada por Robles, debió excusarse del caso, en aras del aseo jurídico. No lo hizo.

 

Y para engordar la suspicacia, el gobierno de México solicitó y obtuvo la detención de Carlos Ahumada, por el delito de defraudación fiscal. Ahora, Ahumada tiene 30 días para enfrentar un proceso de extradición, en libertad. Mientras, denuncia que asaltaron su casa en la Ciudad de México y sólo se llevaron documentos y dos cajas fuertes.

 

La probable venganza de René Bejarano y la tía Lola Padierna contra Carlos Ahumada, hace tanto ruido como la sospecha de vendetta contra Rosario Robles.